SAN FRANCISCO — La mayoría de las noches de la semana, hacia las 21:30, Ricky López, chef principal y propietario de Top Round Roast Beef en San Francisco, apila decenas de emparedados calientes de res y guarniciones de papas fritas rizadas que les servirá a los comensales hambrientos.

También empaniza escalopes de pollo para otro de sus restaurantes, Red Ribbon Fried Chicken. Voltea hamburguesas de pollo sobre la parrilla para un tercero, TR Burgers and Wings. Además, mezcla natilla congelada para una tienda de postres que también dirige, Ice Cream Custard.

De los cuatro servicios de López, tres son “restaurantes virtuales”: sin local físico, mesas ni sillas. Solo existen dentro de la aplicación Uber Eats, el servicio de comida a domicilio propiedad de Uber.

“Las entregas antes eran como una cuarta parte de mi negocio”, dijo López, de 26 años, desde atrás del mostrador de Top Round, mientras su personal preparaba emparedados de rosbif y pollo y los colocaba en bolsas blancas de papel para entregarlos a los repartidores de Uber Eats. “Ahora es casi el 75 por ciento de mi negocio”.