Lo que hace tiempo era un río, ahora, también es un vertedero flotante. Durante las temporadas lluviosas, una ingente cantidad de basura es arrastrada desde basureros ilegales situados a las orillas del río Drina, en Bosnia-Herzegovina, y también en sus afluentes, río arriba, en Serbia y Montenegro.

Plásticos y restos de inmundicia son retenidos por frágiles barreras flotantes cerca de la ciudad de Visegrado. El activista medioambiental bosnio, Dejan Furtula, lleva una década denunciando este desastre ecológico.

©
Euronews©

“Esta situación tiene un impacto enorme en la biodiversidad local. Los microplásticos procedentes de la basura son absorbidos por los mismos peces que nosotros nos comemos. Como esta región carece de plantas de reciclado operativas, toda esta basura, una vez recogida, acaba incinerada en el vertedero municipal y los residentes nos vemos obligados a respirar los gases emitidos”, declara Dejan Furtula.

Tras una noche de intensas lluvias, las barreras flotantes, poco fiables, se han roto, por segunda vez desde enero. La basura sigue avanzando río abajo.

©
Euronews©

“Esto es un frigorífico, o algo parecido. Ayer había aquí retenidos seis o siete frigoríficos similares. Pero como los cables se rompieron, parece que solo queda este. Los demás deben haber seguido su deriva río abajo, hacia la presa hidroeléctrica que hay más adelante. Cada año revivimos esta situación con la basura flotante”, añade el activista medioambiental.

Una segunda barrera fue instalada dos kilómetros más abajo para tratar de evitar que la basura ralentice la actividad de la presa hidroeléctrica local. Cada año, entre 6 000 y 8 000 metros cúbicos de residuos flotantes son recogidos en la zona.

©
Euronews©

“El volumen es tan enorme que nos vimos obligados a abrir un departamento nuevo que coordine las operaciones de limpieza en el agua. El departamento depende de nuestra unidad de construcción. Dependiendo del año, estas operaciones nos cuestan entre 25 000 y 100 000 euros anualmente”, explica Darko Frganja, responsable del departamento de Protección Medioambiental de HE na Drini Hydroelectric Dam.

Los activistas medioambientales locales denuncian que la situación se repite desde hace 25 años y, que los tres países responsables, hacen poco más que echarse la culpa entre sí.

©
Euronews©

¿Qué esperan, de los políticos de todos los países y todas las partes involucradas?“, pregunta el reportero de Euronews, Julián López Gómez.

“Espero que hagan más cosas. Sabemos que el año pasado hubo aquí en Visegrado una reunión entre los Ministros de Medioambiente de Montenegro, Serbia y Bosnia Herzegovina. Pero luego no pasó nada. Han transcurrido casi dos años y seguimos sufriendo el mismo problema. Deberían preocuparse más por nuestra salud y el futuro de la gente que vive aquí”, responde Dejan Furtula.

Llevamos el mensaje al Gobierno de la República Srpska, una de las dos entidades políticas, en la actualidad, en Bosnia-Herzegovina. Tras ver las imágenes grabadas por Euronews, la ministra asistente de Ecología, Svjetlana Radusin, echa la culpa a una cooperación regional deficiente. Al preguntarle por qué el país no está ejecutando la normativa europea de medioambiente que ya ha adoptado, la ministra asistente evoca falta de recursos.

©
Euronews©

“Tenemos que dar medios adecuados para que la gente gestione bien sus residuos. Según algunos cálculos, apenas un 60 % o 70 % de nuestro territorio tiene las infraestructuras necesarias para gestionar esta basura de una forma responsable. Tenemos que incrementar esta cobertura a todo el país”, afirma Svjetlana Radusin.

La situación es igualmente crítica al otro lado de la frontera, en Serbia. En el Lim, uno de los afluentes, río arriba, del Drina, el equipo de Euronews se reúne con el activista ecológico Siniša Laković. Normalmente, Siniša organiza actividades relacionadas con el rafting en esas aguas. Pero, últimamente, ha estado más ocupado limpiándolas.

©
Euronews©

“Es un problema regional. Y entre los casi 12 mil metros cúbicos de residuos que limpiamos recientemente aquí, encontramos una buena prueba de ello. Recuperamos este balón. Tiene el logotipo de la Federación de Fútbol de Montenegro y las firmas de los jugadores de su selección nacional. Si no lo hubiéramos recuperado aquí, este balón habría derivado desde Montenegro hasta aquí, el río Lim en Serbia, luego el río Drina en Bosnia, luego el río Seva e incluso habría podido llegar hasta el Danubio en Belgrado”, afirma el activista ecológico y miembro del Rafting Klub Jastreb.

©
Euronews©

Unos 15 kilómetros, río arriba, Siniša conduce al periodista, a la fuente de esta catástrofe medioambiental. Le lleva a ver el vertedero ilegal más grande de los alrededores. Pero, no el único. Ecologistas locales calculan que cinco municipios en Montenegro, dos localidades en Serbia y una en Bosnia-Herzegovina, tienen basureros ilegales a lo largo del río Lim.

“Creo que multar por verter escombros en sitios así sería una buena solución. Si todo aquel que tira basura de forma incontrolada es castigado, avanzaríamos en la educación cívica de la gente, y en la percepción del problema. La gente entendería que, se multa, no solamente porque nos interesa a nosotros sino, también, por el futuro de nuestros hijos y nietos”, añade Laković.

En Belgrado el equipo de rodaje se reúne con Irena Vujović, ministra serbia de Protección Medioambiental. Reconoce que es urgente controlar los vertederos ilegales y promete acelerar las operaciones de limpieza, mientras pide más tiempo para encontrar soluciones durables.

©
Euronews©

“Hemos comenzado a planear la construcción de centros de reciclado de basura en seis regiones del país. Su financiación mediante préstamos ya está garantizada, y ya estamos preparando la documentación necesaria para la ejecución de los proyectos”, declara Irena Vujović.

A la espera de soluciones definitivas, los residentes locales se sienten atrapados por este interminable bloqueo multilateral. De niña, Edita Slatina iba, a menudo, a uno de esos parajes, ahora contaminados, para disfrutar de ‘fines de semana en familia’. Ahora, Edita, consejera financiera de 28 años, se siente triste al llevar a su hijo a la zona.

©
Euronews©

“Me gustaría que mi hijo también pudiera disfrutar de este sitio. Me gustaría que pudiera venir los fines de semana, bañarse en el agua, pescar con su abuelo… Tenemos que intentar que esto sea posible. Debemos buscar soluciones, lo antes posible”, señala Edita Slatina.