El gobierno argentino retiró la candidatura de Gustavo Béliz a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lo que despeja por completo el camino para que el estadounidense Mauricio Claver-Carone, candidato del presidente Donald Trump, sea elegido en el cargo.
De esta manera Trump ganó una posición que modifica una tradición no escrita de la diplomacia internacional, que otorgaba la presidencia de este organismo a un latinoamericano, en tanto que el Banco Mundial siempre es para algún político de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional, para un europeo.
La presidencial Casa Rosada publicó un comunicado para retirar la candidatura de Béliz y anunciar que se abstendrá en la votación, aunque también reiteró críticas al proceso que culminará con la designación de Claver-Carone, quien logró el apoyo de los países latinoamericanos alineados con EE.UU. y que hoy son mayoría.
“Dejamos sentada nuestra coincidencia con las múltiples y respetadas voces de las más variadas procedencias políticas, académicas, sociales e ideológicas, que han expresado la inconveniencia para America Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional de la institución“, señaló el gobierno argentino.
Buenos Aires recordó que en 60 años de existencia, el BID se había mantenido como un ámbito plural, al servicio del interés de los latinoamericanos y caribeños, y sin convertirse en una herramienta de intervencionismo diplomático de naturaleza alguna.
Por eso, convocó al resto de los países a que también se abstengan debido a la “inoportunidad” que representa el hecho de celebrar la asamblea del organismo en medio de la pandemia.
Además, agradeció “el productivo intercambio de ideas y la compartida sensibilidad” con los países de la región y la Unión Europea sobre el tema.
El principal aliado de Argentina para rechazar tanto la intención de EE.UU. de quedarse con el cargo, como la realización de la asamblea del BID, fue México. También se pronunciaron en contra la Unión Europea, el Grupo de Puebla y expresidentes y excancilleres latinoamericanos.
Con el retiro de la postulación de Béliz, Claver-Carona quedó como único candidato para la votación que se realizará mañana, ya que la semana pasada la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, también desistió de competir por el puesto.
Una tradición rota
La elección del nuevo presidente del BID estaba prevista a realizarse en marzo pasado en Colombia, pero se postergó para septiembre debido a la pandemia. Finalmente se llevará a cabo durante este fin de semana de manera virtual, mecanismo que fue impugnado por Argentina y México, principalmente.
Desde su creación, el BID ha sido presidido por el chileno Felipe Herrera (1960-1970), el mexicano Antonio Ortiz Mena (1970-1988), el uruguayo Enrique Iglesias (1988-2005) y el colombiano Luis Alberto Moreno, quien asumió en 2005 pero termina su gestión en septiembre próximo.
En junio pasado, el Gobierno de EE.UU. sorprendió al postular a Claver-Carone, actual secretario de Estado para América Latina y uno de los funcionarios de mayor confianza de Trump, ya que con ello rompió con las normas de la diplomacia multilateral, lo que desató una oleada de críticas.
Sin embargo, el funcionario recibió un inmediato respaldo de gobiernos de la región afines con Trump, como Bahamas, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay, Uruguay y Jamaica.
Los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y México, Andrés Manuel López Obrador, pidieron posponer la elección del nuevo titular del BID hasta el próximo año, pero se quedaron aislados y en una posición minoritaria, ya que para encabezar el organismo se requiere la mayoría absoluta del poder de sufragio y el país con mayor capacidad de voto es EE.UU. (30 %), seguido por Argentina y Brasil (11,35 % cada uno), México (7,29 %), Japón (5 %), Canadá (4 %), Venezuela (3,4 %), Colombia y Chile (ambos con 3,11 %).
Las elecciones a la presidencia del BID profundiza la brecha entre los países americanos
En respuesta, Claver-Carona criticó al gobierno de Fernández, al que acusó de secuestrar, obstruir, paralizar y subvertir la elección de la nueva presidencia del BID.
“Estamos viendo un esfuerzo minoritario, liderado por Argentina, para obstaculizar la elección porque no han podido o no han querido presentar una visión competitiva. Cualquier intento de secuestrar una elección a pesar de un reglamento muy claro sería no solo no democrático, sino también un esfuerzo que los Estados Unidos van a retar profundamente”, amenazó el candidato estadounidense.