El consulado de EE.UU. en la ciudad mexicana fronteriza de Nuevo Laredo, Tamaulipas, emitió este jueves una alerta de seguridad a propósito de los últimos tiroteos producidos en esta localidad norteña, en los que se han registrado al menos cuatro muertos.
Estos enfrentamientos armados entre policías y supuestos narcotraficantes, ocurridos el 1 de enero por la tarde, han causado el pánico entre la población local, así como la preocupación de las autoridades mexicanas y estadounidenses.
El consulado norteamericano aseguró en Twitter haber recibido “informes de múltiples tiroteos en toda la ciudad“, por lo que aconsejó a sus funcionarios que buscaran un refugio seguro.
Así fue repelido el ataque en el hotel Villarreal de #NuevoLaredo #Tamaulipas por policías estatales.
Por su parte, el gobernador de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca, atribuyó los tiroteos a unos “ataques cobardes por parte del Cártel Del Noreste“, y advirtió que su gobierno “no bajará la guardia y seguirá actuando con firmeza en contra de los delincuentes”.
NOCHE TERRORÍFICA PARA RESIDENTES DE #NUEVO_LAREDO #TAMAULIPAS
SICARIOS DEL #CDN_ZETAS DESATAN FUERTES ENFRENTAMIENTOS ARMADOS BLOQUEOS Y EMBOSCADAS HACIA ELEMENTOS DE LA POLICIA ESTATAL TAMBIÉN SE REPORTAN PERSONAS INOCENTES HERIDAS POR BALAZOS EN FUEGO CRUZADO
Un día después de los hechos violentos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, minimizó lo ocurrido y dijo que la violencia sólo existe en ciudades específicas de una tercera parte del país.
“Quiero decir que afortunadamente esta situación de enfrentamiento y violencia no se da en todo el país. Los homicidios se concentran básicamente en 10 estados. Por eso estamos dando atención especial donde tenemos más brotes de violencia: Guanajuato, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Guerrero y otros”, dijo el presidente en su conferencia matutina de este jueves.
Desde el pasado mes de noviembre, la tensión entre los cárteles de la droga ha aumentado en las inmediaciones de la frontera de México y EE.UU., en especial tras la llamada ‘masacre de los mormones‘, en la que tres mujeres y seis menores resultaron muertos a manos de supuestos miembros del cártel de La Línea.