Hace un poco más de dos años, cuando lo inauguraron, se anunció que será el proyecto hidroeléctrico “más grande en la historia de Ecuador”.
La represa Coca Codo Sinclair, construida por la empresa china Sinohydro, fue una de las últimas y más ambiciosas construcciones promovidas por el gobierno del entonces presidente Rafael Correa.
Se proyectó que debería producir más de 1.500 megavatios de energía “limpia y renovable” y cubrir el 30% de la demanda eléctrica del país con un tiempo de vida útil de 50 años.
Incluso el mandatario chino Xi Jinping estuvo en Quito el 18 de noviembre de 2016 para presenciar la puesta en marcha de esta obra que ahora es cuestionada e inspeccionada por fallas e irregularidades descubiertas.
La Contraloría del Ecuador aprobó un informe a principios de febrero que establece dentro de sus primeros hallazgos que el perjuicio económico por las fisuras existentes puede superar las decenas de millones de dólares.
El reporte, que la entidad estatal hizo llegar a BBC Mundo, señala también que existe riesgo potencial de fallo en la casa de máquinas de la central hidroeléctrica que puede multiplicar el daño económico.
Estas observaciones realizadas por la entidad estatal son cuestionadas por voceros del correísmo, quienes destacan que durante la gestión del expresidente se realizó una “exitosa modernización del sistema eléctrico ecuatoriano”.
“El actuar de la Contraloría General del Estado durante el examen administrativo de Coca Codo Sinclair es un ejemplo más de la utilización de las instituciones de justicia y control del Estado para producir una sistemática persecución política del gobierno de Lenín Moreno a las personas que fueron miembros del gobierno de la Revolución Ciudadana“, respondió a BBC Mundo el Instituto Económico y Político Eloy Alfaro, del cual Rafael Correa es miembro.
La controversial represa
La central hidroeléctrica se encuentra entre las provincias de Napo y Sucumbíos (norte de Ecuador) y aprovecha el caudal del río Coca.
Entre las montañas que la rodean, se encuentra el Reventador, un volcán activo que echa humo usualmente y cuya última erupción significativa fue en 2002.
De acuerdo con la información oficial, el proyecto energético costó US$2.245 millones y la mayor parte del financiamiento se obtuvo a través de un crédito concedido por China.
“Esta obra será el motor de las nuevas empresas, de los emprendimientos, de la investigación, de la industrialización, del Ecuador del futuro, de aquí saldrá la energía para dar el salto al desarrollo”, afirmó en 2016 el entonces vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien en la actualidad se encuentra detenido y es investigado por presuntas vinculaciones en el escándalo de sobornos conocido como el caso Odebrecht.
Glas señaló en repetidas oportunidades que no recibió ningún dinero de la empresa constructora brasileña y afirma que es víctima de persecución política por parte del gobierno de Lenín Moreno, quien rompió con el correísmo pocos meses después de asumir el poder.
Si bien Coca Codo Sinclair no forma parte de las obras en las que se tuvo participación Odebrecht, también se llevan adelante investigaciones por las presuntas fallas que presenta la represa y varias exautoridades que tuvieron que ver con el proyecto ahora afrontan procesos judiciales por diferentes acusaciones.
Las fallas
En su informe, la Contraloría señala que la presencia de fisuras en los distribuidores de la central hidroeléctrica “ocasionó un perjuicio de US$10.088.551, por las ocho unidades y US$83.789.614 por su instalación”, si se consideran los costos de la construcción.
Un eventual colapso de la sala de máquinas podría significar pérdidas pueden superar los US$1.000 millones, según el documento.
También se habla de posibles problemas con los materiales usados en la construcción, pese a que Sinohydro señala que todo lo utilizado estaba estipulado en el contrato.
Se tratan de los “hallazgos provisionales” hechos por la entidad estatal a los que se sumarán los que pueda hacer una empresa alemana contratada explícitamente para hacer una inspección general de Coca Codo Sinclair y definir qué se puede hacer.
El gobierno ecuatoriano determinó acudir a la consultora TUV SUD de Alemania para que realice un diagnóstico y diseñe una estrategia para solucionar los problemas que se han detectado en Coca Codo Sinclair, fundamentalmente en lo referido a las microfisuras.
Si bien la central hidroeléctrica se encuentra en operaciones, existen temores de que los problemas hallados puedan generar un colapso parcial o total de la represa.
La inspección que realizarán los alemanes se prolongará a lo largo de este año y costará US$1 millón aproximadamente, monto que será cubierto por Sinohydro.
La Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), entidad estatal que administra las plantas energéticas de ese país, anunció en noviembre del año pasado que “no recibirá de manera definitiva la Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair hasta que no se implementen todos los correctivos que garanticen su operación normal y satisfactoria, durante su vida útil de 50 años”.
Una inspección hecha en julio de 2018 concluyó que se deben “reparar cuidadosamente las microfisuras encontradas, controlar los parámetros de soldadura de reparación y volver a examinar las áreas reparadas para asegurar que dicho procedimiento haya sido exitoso”.
Pese a las solicitudes realizadas y al envío de un cuestionario, Celec no accedió a conceder una entrevista telefónica con BBC Mundo.
“Inconsistencias de la Contraloría
Para el Instituto Eloy Alfaro, entidad responsable de responder la solicitud periodística hecha por BBC Mundo ante los encargados de prensa de Rafael Correa, el informe de la Contraloría tiene “grandes inconsistencias”.
“La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair funciona desde 2016 hasta la actualidad, con una capacidad de 1.500 megavatios de potencia, transformando al Ecuador en un importante exportador de energía eléctrica a Colombia y Perú. Su perfecta operación es reconocida por el mismo gobierno de Lenín Moreno”, reivindica la organización correísta.
Respecto a las fallas encontradas por la Contraloría, la entidad de la que Rafael Correa es miembro añade que “las fisuras existentes en la hidroeléctrica son comunes en cualquier obra de esa magnitud”.
“Vale destacar que ninguna de ellas afecta la plena operación de la hidroeléctrica. Las fisuras son generadas por el natural asentamiento de las estructuras”, señala.
Finalmente, el Instituto Eloy Alfaro afirma que “la Contraloría General del Estado en este momento incumple con la Constitución de la República, entre otras cosas, porque en el puesto de Contralor General ejerce un funcionario sin haber cumplido con los requisitos constitucionales obligatorios”.
El papel de China
Uno de los mayores cuestionamientos surgidos en Ecuador a raíz de esta situación es el papel de China y su modelo de créditos en varias regiones del mundo.
Alberto Acosta, exministro de Energía de Correa en 2007 y desde hace años crítico de aquel gobierno, indicó que Coca Codo Sinclair era un proyecto del que ya se había hablado desde la década del 80 y atribuye las fallas actuales a la falta de análisis y diagnósticos adecuados.
“Le propusimos al presidente de la República (Correa) aprovechar ese potencial hidroenergético, lamentablemente no se cristalizó de una manera adecuada. Faltó partir de estudios serios y responsables para determinar el potencial de generación y la realización misma del proyecto“, señaló a BBC Mundo el experto, quien también fue presidente de la Asamblea Constituyente ecuatoriana en 2008, de la que terminó saliendo como disidente.
Acosta añade que la megaobra dejó muchas dudas desde el momento en que se elige a Sinohydro de manera directa y sin ninguna licitación internacional.
“Los chinos están de compras en el mundo desde hace años y Ecuador es uno de los países que está en la mira”, indica.
El investigador señaló que China fue ingresando poco a poco a la economía ecuatoriana “como prestamista, como inversionista y como constructor de obras públicas“.
“Así es como llegan a Ecuador. Aparecieron los proyectos y el presidente Correa les abrió las puertas cada vez más por la necesidad de recursos”, concluye.
Al respecto, el Instituto Eloy Alfaro sostiene que numerosos estudios que cuentan con análisis de riesgo geológico y vulcanológico concluyeron “que la hidroeléctrica no corre ningún riesgo bajo su concepción actual”.
Sobre los cuestionamientos al crédito chino y el financiamiento de la represa, la entidad señala que se “cumplió con todos los requisitos legales y análisis de conveniencia para el país (Ecuador)”.
“La construcción de Coca Codo Sinclair era impostergable.”, concluye la institución que defiende las decisiones tomadas por Rafael Correa en su mandato.
Por su parte, la embajada de China en Quito, en contacto telefónico con BBC Mundo, señaló que se acordó con el gobierno ecuatoriano actual esperar los resultados de las inspecciones para definir el plan de trabajo de reparaciones que se harían en Coca Codo Sinclair.
El responsable de prensa de la delegación diplomática afirmó que se asumirán las responsabilidades necesarias en caso de existir y que su país como la empresa Sinohydro siempre trabajaron respetando la normatividad vigente en Ecuador.