Donald Trump llegó al poder con un mensaje proteccionista y con un lema, “América primero”, que deja bien a las claras sus intenciones. Pues bien, 13 meses después de ocupar la presidencia de Estados Unidos, anunció unas medidas que pueden desembocar fácilmente en una guerra comercial con la mayoría de sus socios. En el caso europeo, y contemplado con una mínima perspectiva, se ha pasado de negociar un tratado de libre co­mercio con Barack Obama a aproximarse a la guerra comercial con Donald Trump.

Después del anuncio el día 1 de la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio, la Unión Europea y los principales socios comerciales de Estados Unidos amenazaron con tomar represalias. Los más contundentes fueron la UE y Canadá. También el director general de la Organización Mundial de Comercio, Roberto Azevedo, advirtió en un comunicado que “la OMC está muy preocupada” por el anuncio y que “el potencial para una escalada es real, como se ha visto en las respuestas iniciales de otros países… una guerra comercial no tiene interés para nadie. La OMC seguirá la situación muy de cerca”.

Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”

DONALD TRUMP

Junto a la OMC fueron múltiples las voces que alertaron del riesgo de una escalada que acabe desembocando en guerra comercial. Una de las más contundentes fue el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, que calificó las medidas de proteccionistas y advirtió que “no nos quedaremos sentados sin hacer nada mientras nuestra industria es golpeada con medidas injustas que ponen en riesgo miles de empleos en Europa”. El primer paso será preparar para el próximo miércoles represalias contra los Estados Unidos para reequilibrar la situación. Fuentes de la CE indicaron que afectarán a importaciones norteamericanas por un valor de 2.800 millones de euros, repartidas entre el sector del acero, el industrial y el agrícola. Un tercio en cada uno.

En declaraciones a la prensa alemana, el propio Juncker precisó algunas de estas represalias: afectarían a las motocicletas Harley-Davidson, al whisky bourbon y a los tejanos Levi´s. Un portavoz de Juncker precisó que la respuesta europea sería “rápida, firme y proporcionada”. También añadió que supervisarían de cerca los mercados por si había que tomar medidas de salvaguarda y que buscarían la colaboración de otros socios internacionales para hacer frente al anuncio norteamericano.

Trump anunció el jueves la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio. El presidente norteamericano se basó en un informe de su Departamento de Comercio que alertaba que estas importaciones amenazaban la seguridad nacional de los Estados Unidos y que, por tanto, recomendaba la imposición de restricciones comerciales. Desde la Comisión Europea niegan toda credibilidad a esta justificación, dado que las necesidades militares representan sólo un 3% de la producción norteamericana y que el Departamento de Defensa tiene capacidad para adquirir todo el acero y aluminio que necesita. “Estas medidas –indicó la Comisión Europea– tienen como objetivo primordial proteger la industria interior norteamericana de la competencia de las importaciones”.

Europa impondrá tasas a las Harley- Davidson, al bourbon y a los tejanos Levi’s

Además de Bruselas, en Europa también llovieron críticas desde París y Berlín. El ministro francés de Economía, Bruno La Maire, advirtió que “de una guerra comercial (entre los Estados Unidos y Europa) sólo saldrían perdedores”, y que las medidas anunciadas eran inaceptables y que provocarían “una respuesta fuerte, coordinada y unida de la Unión Europea”. En Alemania, el ministro de asuntos exteriores, Sigmar Gabriel, expresó “una “gran inquietud” y señaló que “la UE debe reaccionar de forma firme a las tasas aduaneras punitivas de los Estados Unidos que amenazan miles de empleos en Europea”.

Primeras reacciones que no parecieron intimidar en lo más mínimo al presidente norteamericano, Donald Trump que, con tono desafiante, afirmó que las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar. A través de su arma de comunicación preferida, Twitter, Trump escribió que “cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo miles de ­millones de dólares con prácticamente cada país con el que hace negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar. Por ejemplo, cuando estamos perdiendo 100 mil millones de dólares con un país y se hace el listo, dejamos de comerciar y ganamos en grande. ¡Es fácil!”. Eslóganes tuiteros que acompañan a las medidas que han provocado una protesta internacional generalizada.

Las críticas también llegaron desde Canadá, el principal país ­exportador de acero y aluminio a los Estados Unidos. El ministro de comercio internacional del país, Fran­çois-Philippe Champagne, advirtió que toda tarifa o cuota impuesta a la industria canadiense sería ina­ceptable.

Juncker: “No nos quedaremos sentados mientras golpean a nuestra industria”

Por otra parte, los principales países asiáticos exportadores de acero advirtieron ayer que no se quedarán con los brazos cruzados. China lanzó una primera advertencia, a la espera de conocer las medidas específicas que adopte EE.UU., si bien no evocó posibles acciones de represalia.

“China pide a EE.UU. que se abstenga de aplicar medidas proteccionistas excesivas y a respetar el principio del multilateralismo en el comercio”, indicó la portavoz del ministerio de Exteriores, Hua Chunying, quien advirtió del peligro que entraña que otros países pudieran adoptar medidas similares. “Si otros países siguen sus pasos esto dañará el comercio internacional, ya que los fundamentos de la recuperación económica internacional aun son inestables”, añadió Hua.

Y es que a las autoridades chinas les inquieta más el impacto internacional del anuncio de Trump que los aranceles en sí mismos. China, que produce la mitad del acero mundial, exporta menos del 2% de este metal a EE.UU.

En Corea del Sur, el tercer mayor exportador de acero a los Estados Unidos, las siderúrgicas expresaron su temor a las repercusiones que puedan tener las nuevas tarifas arancelarias en sus ventas al mercado estadounidense.