China se incorporó casi 40 años tarde a la carrera espacial. En 2003, fue el tercer país en enviar por su cuenta a un hombre al espacio, después de la Unión Soviética y EE UU, y desde entonces, el tercero ha sido el puesto que ha ocupado en los retos espaciales que ha intentado. Hasta ayer. La llegada de Chang’e 4 a la cara oculta de la Luna parece un cambio de tendencia para una nación que aspira a superar a todas las demás.
Durante años, China ha tratado de cooperar con otros países en la exploración espacial. En particular, le habría interesado participar en la Estación Espacial Internacional (EEI) y, según contaba el experto en el programa espacial del país Brian Harvey, “esperaron a tomar su decisión sobre la construcción de su propia estación espacial hasta que resultó totalmente evidente que los estadounidenses no les iban a dejar entrar en la EEI”.