La implantación de la versión más estricta de la ley islámica (sharía) en el sultanato de Brunéi avanza inexorablemente. En el 2014, el severo Código Penal ya impuso multas o penas de cárcel por delitos como el embarazo fuera del matrimonio o la ausencia a la oración de los viernes. Un año después, se prohibió la celebración de la Navidad para los musulmanes (el islam es la religión oficial del país, que practica el 80% de los habitantes), so pena de pasarse hasta cinco años en prisión. Si nada o nadie lo remedia, a partir de la próxima semana se castigará con la pena de muerte por lapidación el adulterio o las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Justicia made in Arabia Saudí en pleno Sudeste asiático.

Gais y lesbianas nunca lo han tenido fácil en esta nación, sita en la isla de Borneo y con un tamaño similar al de Cantabria. La homosexualidad ya era ilegal durante el casi un siglo de dominio colonial británico, una situación que se mantuvo tras alcanzar la independencia en 1984. Hasta ahora, la ley contemplaba penas de hasta diez años en prisión. Pero con su catalogación ahora como delito capital, los ajusticiados podrán ser castigados a morir apedreados. Las nuevas leyes también incluyen medidas muy severas contra el robo, como la amputación de la mano derecha por una primera infracción y del pie izquierdo por un segunda.

Las nuevas leyes castigan el robo con la amputación de la mano derecha, y del pie izquierdo si se reincide