China y sus dirigentes, incluido el presidente Xi Jinping, se están convirtiendo en objetivos cada vez más difíciles para el espionaje de EE.UU., informa Bloomberg citando a funcionarios estadounidenses, actuales y antiguos, con acceso a materiales de inteligencia de alto secreto.
Según las fuentes anónimas, la situación para Washington es cada vez más opaca a medida que crece la necesidad de obtener información relevante y comprender mejor el proceso de toma de decisiones de China, ante el aumento de tenciones entre los dos países y en medio de una serie de problemas, como Taiwán y el desarrollo de tecnologías avanzadas. Las agencias de espionaje estadounidenses llevan mucho tiempo sin poder proporcionar el tipo de información sobre Pekín que los políticos necesitan, afirman los funcionarios.
Hace una década, la CIA fue capaz de proporcionar información importante sobre la cúpula del sistema político chino, pero ahora sus posibilidades son muy limitadas, señala el medio.
Por su parte, el exconsejero de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton, indicó a Bloomberg que percibía que la inteligencia del país “se quedaba atrás por décadas”. “Nunca sentí que tuviera suficiente información. Siempre necesitaba saber más”, agregó Bolton.
Ante la situación complicada, en octubre, el director de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU., William J. Burns, anunció la creación del Centro de Misión China para “hacer frente al desafío global que plantea” el gigante asiático. No obstante, los interlocutores de Bloomberg consideran que se trata más bien de un paso simbólico que de una iniciativa real, ya que hay que destinar más fondos y personal a la nueva estructura.
Los representantes oficiales de la CIA se negaron a hacer comentarios.
Causas de los problemas de la inteligencia estadounidense
De acuerdo a los funcionarios estadounidenses, son varias las causas de los problemas del espionaje en China y en algunos casos datan de hace varios años. Incluso antes de la presidencia de Xi Jinping, Pekín consiguió ocasionar importantes daños a las redes de espionaje de Washington. Al mismo tiempo, la reconstrucción de una red no es tarea fácil y toma tiempo, ya que implica la contratación de nuevo personal y luego el aumento sistemático del acceso de estos empleados a la información sensible, explican.
Asimismo, la inteligencia norteamericana se vio afectada después de que presidente chino efectuara la transición de un sistema de liderazgo colectivo a uno controlado por él. De esta manera, la CIA tuvo que pasar de centrarse a círculos internos de siete o nueve altos dirigentes a, de hecho, solo uno.
Entre otros problemas, actualmente, los oficiales de la CIA en China se enfrentan a dificultades por los programas de vigilancia impulsados por el Estado, que ha cubierto ciudades enteras con cámaras y utiliza un sofisticado ‘software’ de reconocimiento facial para rastrear amenazas.
Además, la inteligencia estadounidense afronta un problema bastante obvio: una escasez persistente de hablantes nativos de chino, concluyen las fuentes.