Alemania terminó 2017 con un superávit de 36.600 millones de euros, el equivalente al 1,1% de su producto interior bruto. Este registro es el mayor de los cuatro últimos ejercicios, en los que el Estado alemán ha logrado cumplir con su apuesta por el “déficit cero”.

Este resultado definitivo rebaja el dato preliminar publicado por la misma oficina en enero.

Según ha informado este lunes la Oficina Federal de Estadística (Destatis), tanto el Gobierno federal, como los länder, los municipios y la caja de la seguridad social cerraron sus cuentas de 2017 en positivo, por lo que el Ejecutivo en Berlín encadena cuatro ejercicios sin incurrir en nuevas deudas.

Los estados federados, los mayores contribuyentes al superávit

El mayor contribuyente al superávit del Estado alemán fueron los 16 estados federados del país, cuyos ingresos agregados en el ejercicio previo superaron en 16.224 millones de euros al total de sus gastos.

El segundo contribuyente fue la caja de la seguridad social, que aportó 10.537 millones de euros al conjunto del Estado, seguido por los municipios, que agregaron 8.753 millones de euros a la cantidad total.

El Gobierno federal aportó tan sólo 1.080 millones de euros, su menor contribución a las cuentas del Estado en los últimos cuatro años. En comparación, el Gobierno federal logró un superávit de 8.731 millones de euros en 2014, de 9.711 millones de euros en 2015 y de 7.417 millones de euros en 2016.

Aumento de los ingresos por impuestos y contribuciones

Destatis explica que, en cuanto a los ingresos, el aumento de la recaudación vía impuestos de la renta y a la riqueza contribuyó al aumento del superávit al aumentar un 6,4%, mientras que las contribuciones a la seguridad social crecieron un 4,6% por la buena situación del mercado laboral.

En sentido contrario actuó la partida de ingresos por intereses y dividendos, que cayó un 6,3%, en gran medida por la clara reducción del beneficio del banco central alemán, el Bundesbank.

Del lado del gasto, la oficina estadística destaca el incremento de las retribuciones al trabajo (4,2%) y de las prestaciones sociales (4%), así como la caída del 6,4% del gasto en pago de intereses por el bajo nivel de los tipos de interés y el descenso de la deuda pública alemana.