Rusia espera poder inaugurar la mina del tercer yacimiento de cobre sin explotar más grande del mundo el próximo año. Pretende ser un referente energético mundial ya que el cobre es esencial en la transición energética, por ejemplo, en el desarrollo de los coches eléctricos. El yacimiento alberga 26 millones de toneladas de cobre. Sin embargo, los 2.000 metros de altitud y la gran cantidad de nieve que cubre la zona están dificultando los trabajos.
Alexey Yaschuk es el director general adjunto de Udokan Copper y señala: “Seguimos trabajando también en invierno, cuando las temperaturas caen bajo cero. Sin embargo, las grúas dejan de funcionar cuando hay 35 C bajo cero, ya que el sistema hidráulico se congela. Y también dejamos de trabajar en condiciones de baja visibilidad. Por lo demás, trabajamos las 24 horas los siete días de la semana”.
El complejo minero se sitúa en el Lejano Oriente ruso, en Udokan, justo encima de una zona sísmica que permanece completamente congelada durante todo el año, lo que ha elevado considerablemente sus costes.
El nuevo “oro negro” de Moscú
Sin embargo, el precio del cobre, apodado el “nuevo oro negro”, se ha disparado este año a cotas históricas por lo que la compañía espera que la inversión dé sus frutos. Primero piensa dirigirse a los mercados asiáticos.
Valery Kazikayev es el presidente del Consejo de Administración de Udokan Copper y apunta: “Desde aquí podemos llegar a la frontera china y al norte de China utilizando el ferrocarril local BAM (Baikal-Amur Mainline), así como a nuestros puertos marítimos desde los que es lógico y frecuente entregar nuestros productos al sur de China, Corea y Japón.”
La mina está 2000 kilómetros más cerca de Tokio que de Moscú. Para poder realizar el proyecto la empresa ha contratado a más de 4000 trabajadores y ha tenido que construir su propia central eléctrica, asi como una carretera para llegar al aeropuerto más cercano.