El presidente venezolano desoye los llamamientos de la comunidad internacional e ignora el mensaje lanzado por las fuerzas opositoras en la movilización masiva del pasado domingo. Nicolás Maduro no está dispuesto a renunciar a las elecciones de una Asamblea Nacional Constituyente convocadas para el día 30 a pesar de la petición de millones de ciudadanos, chavistas desencantados con la deriva del régimen y las amenazas de sanciones de Estados Unidos.
“Esta iniciativa ya no me pertenece, está en manos del pueblo”. Maduro
Maduro, que declaró al Consejo Nacional de Defensa “en sesión permanente”, aprovechó la oportunidad para fustigar también a otros colegas del hemisferio que, en sus palabras, forman parte de una conjura internacional contra la revolución bolivariana.
A pesar de que su alocución mantuvo un perfil eminentemente internacional, la primera medida acordada en el seno del Consejo de Defensa y anunciada por Maduro es de orden interno: la activación de lo que llamó “un plan de justicia de emergencia para afianzar la paz”. Según anticipó, la justicia militar tendrá un papel clave en esta operación, orientada a facilitar “la búsqueda y captura de aquellos grupos que atenten contra la estabilidad del país”.