Fluye la solidaridad hacia Centroamérica tras el paso devastador de la tormenta Iota, que ha dejado casi medio centenar de muertos y cientos de miles de damnificados. Dos personas fallecieron en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, una de las zonas más afectadas. Estados Unidos ha donado cien mil dólares al Gobierno colombiano como ayuda de emergencia.
Nicaragua se ha llevado la peor parte del paso de Iota, que tocó tierra con vientos de hasta 250 km/h. Pero fueron las lluvias y los deslizamientos de tierra los responsables de la muerte al menos 21 personas. Más de 160.000 fueron evacuadas. Decenas de miles permanecen en refugios, en ocasiones hacinados, en precarias condiciones de higiene y en plena pandemia del coronavirus. La Unión Europea ha donado casi 11 millones de euros a Nicaragua para atender a los damnificados.
Iota ha dejado con el agua al cuello a Honduras, un país ya muy castigado por el paso del huracán Eta hace casi tres semanas. Entre ambos han dejado cerca de un centenar de fallecidos y una decena de desaparecidos. Casi 3,5 millones de hondureñas han resultado afectados en mayor o menor medida. El presidente del país, Juan Orlando Hernández, ha pedido auxilio al mundo para hacer frente a la catástrofe.
La UNICEF ha hecho un llamamiento urgente para recaudar 42,6 millones de dólares dólares con los que satisfacer las necesidades humanitarias en la región. Según sus estimaciones, el huracán Eta ha afectado a más de cuatro millones y medio de personas en Centroamérica, incluyendo unos 1,8 millones de niños.