A menudo vemos los edificios como construcciones estáticas y basadas en conceptos tradicionales, que más allá de sus innovaciones estéticas nos proporcionan un espacio para refugiarnos, vivir, trabajar, divertirnos o descansar, pero existen edificaciones con un dinamismo tan extraordinario que, incluso, no parecen edificios.
Los proyectos más impactantes en este campo son premiados en el certamen internacional ‘eVolo Skyscraper Competition’. En su edición de 2019 de este concurso anual, que organiza desde 2006 la revista de arquitectura y diseño eVolo, se presentaron 478 proyectos, informa a Efe arquitecto Carlo Aiello, que dirige este medio (www.evolo.us) .
En este certamen se reconoce “las ideas visionarias que desafían la forma en que entendemos la arquitectura y su relación con los entornos naturales y construidos a través del uso novedoso de tecnología, materiales, programas, estética y organizaciones espaciales”.
El primer premio para estas innovaciones como soluciones a los problemas medioambientales y climáticos que amenazan a la vida en el planeta, lo obtuvo el proyecto ‘Methanescraper’ de Marko Dragicevic (Serbia), consistente en una estructura vertical que funciona como vertedero y planta de reciclaje.
Propuesta para la periferia de la ciudad de Belgrado, a orillas del río Danubio, se compone de torres conformadas por un núcleo de hormigón al que se unen, mediante grúas, una serie de cápsulas destinadas a almacenar y procesar desechos orgánicos.
Los residuos reciclables se depositan en esas cápsulas modulares y, cuando este material se pudre, el metano generado en el proceso se extrae de la cápsula y es aprovechado como fuente de energía.
Cuando la materia de una cápsula se descompone del todo, este depósito se puede quitar de la torre, para limpiarlo y rellenarlo y volver a colocarlo en la estructura elevada de concreto.
El segundo puesto en el certamen, lo consiguieron Klaudia Gołaszewska y Marek Grodzicki (Polonia) para su proyecto ‘Airscraper’, que consiste en un rascacielos similar a una ciudad vertical construido alrededor de una estructura de chimenea, y destinado a limpiar el aire de los sitios urbanos más contaminados, como algunos lugares de Pekín (China).
El tubo interior redondo genera un efecto natural de chimenea, succiona el aire contaminado de los alrededores y lo limpia mediante un complejo sistema de filtración interior, ayudando a además a reducir las ‘islas de calor’ urbanas, gracias a la circulación aérea resultante.
Esta torre tiene en proyecto 800 metros de altura y 60 metros de diámetro, constando de tres tipos de módulos situados uno encima del otro y destinados a una función específica, construidos alrededor de la chimenea interior de 30 metros de ancho.
Los módulos de admisión de aire, ubicados en la parte inferior del edificio recolectarán el aire al nivel de la calle, siendo capaces de captar las partículas contaminantes más pequeñas.
Los módulos de ganancia solar, situados en la parte media de la torre, donde reciben la máxima exposición a los rayos del sol, elevarán la temperatura dentro de la chimenea, contribuyendo a que la circulación ascendente de aire sea la deseada.
Los módulos verdes, incorporados en la sección residencial, ubicada en torno a los 400 metros de altura, incluirán una vegetación densa de varios tipos, que ayudará a ajustar los niveles de oxígeno del aire, a equilibrar el microclima de la torre y a ofrecer áreas públicas atractivas y saludables para sus ocupantes.