DUMBARTON, Escocia — “Estaba segura de que estaba muerta”, dijo Lottie Mackinnon en voz baja.
Sentada en la esquina de una cafetería con sus dos hijos, Mackinnon bebía chocolate caliente mientras relataba sobre el día de hace tres años en el que salió a pasear con Bonnie, su perrita border collie, por el puente Overtoun en Dumbarton, Escocia.
“Algo se apoderó de Bonnie en cuanto nos acercamos al puente”, dijo Mackinnon. “Primero se quedó perpleja, pero después una energía extraña la poseyó, corrió y saltó por el parapeto”.
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¿Un perro embrujado convencido de saltar de un puente por una fuerza malévola? Suena a una escena absurda sacada de un viejo episodio de La dimensión desconocida.
Sin embargo, según insisten los escoceses, el perro de Mackinnon es uno de cientos que, desde la década de los cincuenta, de pronto se disponen a saltar de la estructura gótica de piedra. Muchos han terminado muertos, tendidos en las rocas escarpadas en el profundo fondo del valle que se encuentra debajo.
Los residentes de Dumbarton, al noroeste de Glasgow, comenzaron a referirse a Overtoun, un puente de un siglo de antigüedad que se extiende a lo largo de un barranco de 15 metros, como el Puente de los Perros Suicidas.
Mackinnon, que creció en el pueblo vecino de Milton, se estremeció al recordar cuando bajó por el barranco entre árboles y arbustos, en la búsqueda desesperada de Bonnie. Sin embargo, cuando se acercó al cuerpo de la perrita, Bonnie comenzó a gemir y después trató de levantarse.
“Fue un milagro que haya sobrevivido”, comentó.
En un lugar lleno de supersticiones, mitos y monstruos, el puente ha sido protagonista de un misterio sin resolver. ¿Por qué saltan de ahí tantos perros?
Los investigadores locales calculan que más de trescientos han saltado del puente; los reporteros de los tabloides dicen que se trata de seiscientos. Se dice que han muerto por lo menos cincuenta perros.
Algunos dicen que las explicaciones racionales están relacionadas con el terreno y los aromas de mamíferos en el barranco que quizá enloquecen a los perros.
Otras explicaciones adoptan un tono más paranormal.
El lugar donde se encuentra el puente, silencioso, exuberante y a veces inmóvil, se ajusta a la descripción de lo que los celtas paganos llamaban un “lugar angosto”, un sitio hipnótico donde coinciden el cielo y la Tierra.
“La gente en Dumbarton es muy supersticiosa”, dijo Alastair Dutton, conductor local de taxi. “Crecimos jugando en la zona de Overtoun y creemos en fantasmas porque todos hemos visto o sentido a los espíritus de ahí”.
Estos incidentes inspiraron un episodio de la serie estadounidense de televisión The Unexplained Files. Hay un libro dedicado a explorar este fenómeno.
Sin embargo, a pesar de toda esta atención, el misterio sigue sin resolverse.
A la distancia, parece que el ornamentado puente victoriano, construido en 1895, es tan solo una extensión de la entrada de una casona adyacente del siglo XIX construida en Dumbarton por James White, un magnate industrial.
Más cerca se pueden distinguir los tres arcos del puente que se extienden por encima de un riachuelo, el Overtoun Burn. En medio de los parapetos ennegrecidos de granito del puente, es fácil olvidar que el espacio de abajo llega hasta el fondo del barranco profundo.
En la casona cerca de ahí, el propietario actual, Bob Hill, dijo que él y su esposa habían visto varios perros que de pronto saltaban del puente desde que se mudaron a la propiedad, ahora llamada Overtoun House, hace más de diecisiete años.