En una nueva vuelta a la espiral de acontecimientos con la que el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, ha sorprendido a los guatemaltecos en los últimos días, este martes se confirmó una orden girada por el mandatario para que se prohíba el reingreso al país del jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala (CICIG), el magistrado colombiano Iván Velázquez.
El comisionado de la CICIG se encuentra en Washington, donde contempló el viernes el anuncio del Gobierno de Morales de que Guatemala no renovaría el mandato de la Comisión de las Naciones Unidas. El mandatario, acorralado por los señalamientos de corrupción y con un proceso de desafuero en su contra promovido por la Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) –que lo acusan de financiamiento electoral ilícito cuando fungía como secretario general del partido que lo llevó al poder– dio a conocer el pasado viernes su decisión con un tono enérgico y rodeado de militares y policías.
“Iván Velázquez Gómez tiene impedimento para ingresar al territorio nacional”, se lee en la orden que Morales ha girado a todas las dependencias de la Dirección General de Migración y que se difundió este martes. El exministro de Exteriores, Edgar Gutiérrez. subraya que el actual escenario político ronda el golpe de Estado, aunque sin llegar a extremos tan burdos como lo hiciera Jorge Serrano en 1993. “Jimmy Morales cae en desacato de una orden del Constitucional, lo cual coloca al mandatario en el terreno de la ilegalidad y abre una crisis institucional mucho más profunda que la del último viernes (cuando Morales anunció que no renovaría el mandato de la CICIG)”, asegura el analista.
“Lo que Jimmy y sus asesores pretenden es domesticar al Constitucional, que es su piedra en el zapato, para que avale todos los actos de impunidad de Morales y su equipo”, añade Gutiérrez.
Para el experto, Guatemala afronta ahora un escenario de ingobernabilidad: “La gente empezará a movilizarse con niveles crecientes de indignación, mientras el país enfrentará el aislamiento internacional”. Agrega que en la actual coyuntura, a Morales le serán insuficientes los apoyos logrados en Washington y el que disfruta de los grupos ultraconservadores en Guatemala.
El defensor del Pueblo, Jordán Rodas, señaló en declaraciones a Prensa Libre que la medida tiene toda la impronta de una obsesión del mandatario hacia Iván Velászquez, que goza de todas las preeminencias del cuerpo diplomático: “Se siente perjudicado por las investigaciones de la CICIG”.
Hace un año, Morales se enfrentó a Iván Velásquez, a quien amenazó con expulsar del país. Previamente, la CICIG había pedido desaforar a Morales por irregularidades en la financiación de la campaña que acabó con él en la presidencia. La comisión también ayudó en el proceso contra el hermano y un hijo de Morales por fraude.
El sociólogo Gustavo Berganza considera que la prohibición del reingreso al país del comisionado Velázquez “es una escalada en la guerra personal de Jimmy Morales contra el comisionado de la CICIG”. El presidente se coloca en la ilegalidad al contravenir un amparo del Constitucional que el año pasado evitó que Iván Velázquez fuera expulsado del país, todavía vigente, explica. Así las cosas, el panorama para Guatemala es confuso, “en la medida en que las decisiones están absolutamente fuera de tono con el desarrollo democrático y con lo que demanda la lucha en contra de la corrupción.