Desde que le operaron los ojos con láser, Geobanni Ramírez ve todo por triplicado.
La intervención quirúrgica, que según sus expectativas mejoraría su visión, dejó al artista gráfico de 33 años batallando con una sensibilidad extrema a la luz, visión doble y distorsiones visuales que crean halos alrededor de los objetos brillantes y convierten los faros de los autos en estrellas cegadoras.
Sus ojos están tan secos e irritados que se pone gotas cada media hora; a veces, le arden “como cuando picas cebolla”. Su visión nocturna es tan deficiente que salir una vez que ha oscurecido es un peligro.
Sin embargo, Ramírez dice que su cirujano opina que el suyo es un caso exitoso.
“Mi visión se considera de 20/20, porque veo todas las aes, bes y ces de la tabla”, dijo Ramírez. “El problema es que veo tres aes, tres bes y tres ces”.
Ninguno de los cirujanos a los que consultó le advirtió que podría tener un daño permanente después de la operación con láser.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó las primeras operaciones con láser para corregir la visión en la década de los noventa. Aproximadamente 9,5 millones de estadounidenses se han sometido a una operación ocular con láser, atraídos por la promesa de que se trata de un arreglo rápido que les permitirá deshacerse de los molestos anteojos y lentes de contacto.
También hay una percepción generalizada entre los pacientes, alimentada por muchos oftalmólogos que practican esta operación, de que el procedimiento es casi a prueba de bobos.
No obstante, desde 2008 algunos pacientes que se habían sometido a esta intervención quirúrgica y sus familiares testificaron en una reunión de la FDA acerca de su visión deficiente y el dolor crónico que condujo a la pérdida de sus empleos e incapacidad, aislamiento social, depresión e incluso suicidios.
Todavía hay importantes cuestionamientos sobre los riesgos tanto a corto como a largo plazo y las complicaciones de este procedimiento son cada vez más comunes.
Un estudio clínico reciente llevado a cabo por la FDA sugiere que las complicaciones experimentadas por Ramírez no son poco comunes.
Casi la mitad de todas las personas que tenían ojos sanos antes de la operación ocular con láser desarrollaron distorsiones visuales por primera vez tras el procedimiento, según reveló el estudio. Casi un tercio desarrollaron, también por primera vez, el síndrome de ojos secos, una complicación que puede causar incomodidad grave.
Muchos oftalmólogos insisten en que la operación ocular con láser es el procedimiento más seguro que se puede realizar en los ojos —algunos dicen que es el procedimiento médico más seguro, punto— y que las complicaciones graves son “extremadamente raras”.
Ciertos cirujanos aceptan que es posible que la visión de los pacientes presente una regresión después de la intervención quirúrgica y que a veces necesiten usar anteojos. Sin embargo, la mayoría de los que practican este procedimiento sostienen que la irritación, los ojos secos, la visión doble y otras distorciones visuales, como las padecidas por Ramírez, ceden en unos cuantos meses en la mayoría de los pacientes.
Ese fue el caso de Justin Puglisi, de 39 años, un mensajero que trabaja en la Guardia Nacional Aérea de Estados Unidos. Experimentó ojos secos durante algunas semanas después de someterse a una corrección láser de la vista en septiembre, pero ahora ya no necesita usar gotas humectantes para los ojos.
“Es lo mejor que he hecho en la vida por mí”, dijo Puglisi, quien vive en Baldwin, Nueva York.
Con frecuencia los cirujanos señalan la popularidad del procedimiento como prueba de su éxito: la operación ocular con láser se llevó a cabo en cerca de 700.000 ojos en 2017, una cantidad mayor que los 628.724 de 2016, de acuerdo con Market Scope, una empresa de estudios de mercado enfocada en la industria oftálmica.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio analizaron los datos clínicos presentados a la FDA por los fabricantes del sistema lasik. En 2007, los investigadores informaron que aunque la mayoría de los cerca de 4500 pacientes habían logrado una visión de 20/20 o 20/40 seis meses después del procedimiento, el veinte por ciento presentaba sequedad ocular grave o peor que antes de la operación.
Un porcentaje similar experimentó resplandor, halos y problemas para conducir de noche “graves o peores”.
Los cirujanos que practican la lasik dicen que el procedimiento ha mejorado con el tiempo, y un análisis de un cirujano realizado en 2017 de los datos más recientes entregados a la FDA por los fabricantes concluyó que en muchos pacientes los problemas de la visión se resolvieron finalmente.
Aun así, un año después de la intervención quirúrgica, el porcentaje de los casi 350 pacientes que tuvieron dificultades leves al conducir de noche había aumentado ligeramente al 20 por ciento, mientras que el porcentaje con resplandores y halos leves se había más que duplicado, llegando a cerca del 20 por ciento en cada una de las categorías. El porcentaje con sequedad leve fue de más del doble, pues alcanzó el 40 por ciento.
Cortando nervios al interior del ojo
La lasik —que se traduce como queratomileusis in situ asistida por láser— elimina la necesidad de los lentes porque da una nueva forma a la córnea, el domo transparente y redondo que cubre la parte frontal del ojo. La función de la córnea es enfocar la luz de la retina en la parte posterior del ojo.
Los cirujanos que practican la lasik usan un láser ultravioleta para reducir la curvatura de la córnea en las personas miopes y acentuarla en los hipermétropes.
El cirujano usa primero un anillo de succión para aplanar el ojo y cortar una especie de tapa en la córnea, y luego la dobla para revelar la sección del medio, llamada estroma. A continuación, el cirujano usa pulsos de un láser controlado por computadora para destruir una parte del estroma y coloca de nuevo la tapa.
Todo el procedimiento, que cuesta 4176 dólares en promedio, usualmente termina en menos de quince minutos. La mayoría de las pólizas de seguro médico no lo cubren porque se considera un procedimiento cosmético u opcional.
Cynthia MacKay, una de las pocas oftalmólogas que se ha pronunciado en contra del procedimiento, dijo que la operación puede dañar el ojo porque corta nervios minúsculos de la córnea, la adelgaza y la hace más débil, además de alterar de manera permanente la forma del ojo.
Dijo que después de la intervención quirúrgica ocular con láser, todas las personas pierden sensibilidad a los contrastes, la capacidad de distinguir tonos de gris, en cierto grado. Es un procedimiento opcional, enfatizó, que no proporciona ningún beneficio que no pueda obtenerse usando anteojos o lentes de contacto.
“No hay nada malo con los ojos que se han sometido a la operación con láser excepto el hecho de que necesitan anteojos para ver de lejos”, dijo MacKay. “Ven bien antes del procedimiento y deberían ver igual de bien tras el procedimiento, pero no es así”.
John Vukich, presidente del comité de cirugía clínica refractiva de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Refractiva y de Cataratas, reconoció que las distorsiones visuales son un posible efecto secundario de la lasik, pero que los avances tecnológicos han reducido el riesgo.
“Ningún ojo es ópticamente perfecto, y todos los ojos (con o sin lasik) tienen al menos algún grado de distorsiones de orden alto. Estas irregularidades pueden causar distorsiones visuales”, escribió en un correo electrónico.
La autora principal del estudio, Malvina Eydelman, directora de la división de dispositivos oftálmicos y para oídos, nariz y garganta del Centro de Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA, dijo que los investigadores habían concluido que el estudio clínico de muchos millones de dólares había sido demasiado pequeño para producir resultados significativos y que el objetivo del estudio había cambiado de determinar cuántos pacientes tenían problemas funcionales a desarrollar un cuestionario que podría usarse en investigaciones futuras.
“La FDA no tiene el dinero ahora para llevar a cabo el estudio originalmente planeado, que era estimar el porcentaje de pacientes con dificultades para llevar a cabo sus actividades usuales como resultado de síntomas posteriores a la operación lasik e identificar los factores de riesgo predictivos para esos pacientes”, dijo Eydelman.
Aunque la gente haya experimentado dificultades, dijo Eydelman, estas no fueron “significativas”. Una vocera de la FDA añadió que muchos pacientes “se acostumbran a los síntomas con el tiempo”.
¿Ojos secos o con dolor?
El estudio clínico de la FDA hizo poco para resolver el debate sobre la enfermedad de los ojos secos. Muchos pacientes dicen que el término es un nombre inapropiado, que no describe el agudo dolor ocular que han seguido experimentando años después de la operación.
“Cuando escuchas: ‘Puedes tener ojos secos’, no parece algo importante”, dijo Sarah Clair, de 26 años, de Richmond, Virginia, quien se sometió a una operación láser en 2016. Sin embargo, su síndrome de ojos secos no se resolvió como le prometieron y un año después de la operación se había convertido en un dolor intenso que se sentía “como si alguien me hubiera dado un puñetazo en el rostro”, dijo Clair.
Muchos cirujanos que practican la lasik desestiman las afirmaciones de dolor grave o lo califican de extraordinariamente raro. No obstante, los oftalmólogos que estudian el dolor dicen que su forma de pensar ha evolucionado en los últimos años y que ahora reconocen que este procedimiento quirúrgico es uno de varios que pueden conducir a un dolor neuropático, el causado por daño en los nervios.
Otras operaciones oculares, como la de cataratas, pueden tener el mismo efecto.
“Cada vez que realizas una operación y cortas tejido, dañas nervios. No importa si es una intervención quirúrgica de senos o de ojos”, dijo Anat Galor, profesora adjunta de Oftalmología Clínica del Bascom Palmer Eye Institute de la Universidad de Miami.
Eydelman, de la FDA, dijo que con la lasik, “como con otros procedimientos médicos, hay riesgos”, pero que la FDA la considera “segura y eficaz cuando se le emplea para lo que está destinada de acuerdo con el uso aprobado”.
Los críticos responden que la lasik debería tener un estándar de seguridad más alto que otros procedimientos médicos, puesto que es opcional.
“Aunque sea solo un dos por ciento quienes tienen probabilidad de presentar problemas que reduzcan su capacidad de visión, eso significa que son miles de personas las que se arriesgan cada año”, dijo Morris Waxler, un alto funcionario de la FDA jubilado que lamenta el papel que desempeñó en la aprobación de la lasik hace veinte años. “¿Cuál es el nivel aceptable de riesgo cuando operas ojos sanos?”.