El 18 de abril del 2007 cuando las gradas del Camp Nou del FC Barcelona explotaron primero con dos asombros y posteriormente con el cántico de un nombre: Messi.
La primera vez que los fanáticos del club más grande de Barcelona, España corearon “Messi, Messi”, fue con aquel gol magistral, -similar al de Diego Armando Maradona en el mundial contra Inglaterra-, en la semifinal contra el Getafe. Esa vez, no sería la última.
Lionel Andrés Messi ha tenido una carrera envidiable para cualquier jugador profesional y amateur de fútbol. El argentino, nacido en Rosario en 1987 comenzó a provocar caras de asombro desde muy joven. Sin embargo, su trayecto no ha sido fácil -como no lo es el de ningún jugador-, pero el suyo ha sido muy difícil desde sus comienzos.
Mucho se ha divulgado sobre su historia desde chico en las filiales del fútbol argentino. La lucha de sus padres para conseguirle becas o equipos donde jugar. Eso, ha sido determinante en su carrera como futbolista y finalmente, lo que lo ha llevado a lo más alto de la gloria futbolística.
Messi tuvo siempre problemas y los superó. Y quizás es por eso que siente un amor y una deuda enorme por el club catalán que confió en él y le dio la oportunidad. Por ello, el argentino siempre ha sido y estará agradecido. Fue el FC Barcelona el que confió en sus cualidades y talentos, el que le abrió las puertas para que escalara hacia la gloria.
Desde aquel gol hasta el día de hoy, Lionel no ha parado de anotar goles, ganar títulos y enaltecer el escudo blaugrana por toda Europa. Sus fanáticos son los más fieles, asiduos y apasionados. Le defienden dentro y fuera, con la camiseta blaugrana o con la albiceleste. Para muchos, Messi es el Dios del fútbol.
No es para menos, y tanto su palmarés como las estadísticas continúan dándole la razón a esos fanáticos. En Newell´s Old Boys entre 1994-1999 con 12 años marcó 234 goles en 174 partidos. Posteriormente a su llegada a Barcelona pasando por todas las filiales: infantil B, A, juvenil B,A; Barcleona B y A, marcando 105 goles en 107 partidos. Y mientras en la filial todavía no se ganaba el puesto para el equipo grande, con Argentina ganaba el Mundial sub-20, la Bota de Oro y el Balón de Oro como mejor jugador del mundial.
A pesar de haber jugado varios partidos oficiales con el primer equipo FC Barcelona, no fue hasta el 1 de mayo del 2005 que marcó su primer gol contra el Albacete en la fecha número 34. Un pase de Ronaldinho lo dejó solo en el área para que definiera con la clase, calma y frialdad que lo ha caracterizado toda su carrera.
Messi, para todos aquellos a los que les gusta las estadísticas lleva 378 goles en 404 partidos en la Primera División Española, 108 goles en 134 partidos en copas europeas y más de 60 goles con la selección de Argentina. Pero más allá de todos sus goles, lo que continúa siendo el principal elemento de comparación frente a otros jugadores, es su forma de jugar.
Lionel no tiene comparación alguna en la historia del fútbol. Nos recuerda a jugadores en la forma de conducir y correr con el balón al pie, pero es único. También en la forma de gambetear y evadir rivales, pero es único. En su forma de patear y colocar el balón donde mejor le conviene, pero es único. A la hora de vislumbrar un espacio, un hueco por donde pasar la redonda para dejar a un compañero en la mejor posición, pero es único. Donde si no recuerda a nadie Lionel Messi es en la forma de comportarse con sus compañeros, periodistas y fanáticos, ahí es verdaderamente un ejemplo.
Es también un ejemplo en la familia. Conoció a su mujer cuando apenas tenían él 9 años y ella 8 y le dijo: “Vas a ser mi novia”. Hoy son marido y mujer, con tres hijos a los que ambos aman incondicionalmente. Un amor que soportó la separación de más de 10 años y que logró reencontrarse y procrear tres nuevos amores.
A Mesi la historia lo recordará siempre por sus goles, sus jugadas, los títulos personales y en equipo. Quizá le deba a los argentinos un mundial, pero todo aquel que ama el deporte sabe que no es necesario. Pero donde más debemos recordar a Messi es fuera del campo, el mundo necesita su humildad y modestia, su paciencia y, sobre todo, su hambre por querer siempre llevar a hacia lo más alto a quienes más lo aman.
Hoy se cumplen 11 años desde el primer “Messi, Messi”: