Se salvó del bombardeo que en el verano de 2015 convirtió su casa en un montón de escombros. Y esquivó de nuevo la muerte cuando la embarcación con la que consiguió huir de la guerra civil siria se estropeó a los treinta escasos minutos de trayecto. Entonces Yusra Mardini, que en marzo del año que viene cumplirá 20 años, no lo dudó ni un momento. Ayudada por otros tres refugiados tan atléticos y heroicos como ella, se turnó para empujar a nado ese bote preparado para transportar un máximo de seis personas pero cargado con más de veinte. Cruzando de noche el mar Egeo, de Siria a Lesbos. Un año más tarde, esa joven valiente competía en los Juegos Olímpicos de Río. En la modalidad de natación, claro, y por supuesto representando al equipo de Atletas Olímpicos Refugiados.
Yusra Mardini, que ahora vive (y estudia y se entrena con un rendimiento excelente) en Berlín junto a su familia, ha convertido su increíble historia en una fuente de inspiración que parece no tener fin. No solo ha cautivado a Under Armour (la firma deportiva la ha fichado para su equipo de atletas internaciona-les entre los que se cuentan también Anthony Joshua, Michael Phelps y Lindsey Vonn e incluso la primera bailarina del American Ballet Theatre, Misty Copeland), sino que además ha inspirado una biografía novelada (verá la luz en mayo del 2018) y su correspondiente película: se dice que la productora británica Working Title ha comprado los derechos de la pieza que po-dría dirigir Stephen Daldry, también realizador de El lector y Billy Elliot.
Entre tanto, Yusra Mardini sigue con lo suyo. Entrenándose a fondo como ya hacía cuando vivía en su Siria natal (ya compitió con la selección siria en tres pruebas en el Campeonato del Mundo de Natación del 2012) para poder luchar no solo por sus principios, sino también para los muchos millones de personas de todo el mundo que, como ella, un día dejaron sus hogares por culpa de la guerra y la persecución. “Hay más de 60 millones de refugiados en el mundo y quisiera hacerles comprender a todos que pueden sentirse orgullosos, que tienen que poder vivir sus sueños. Puede que algunos los hayan olvidado en sus situaciones más difíciles, pero quiero que sepan que pueden hacerlos realidad algún día”, explicó Mardini recientemente, en su incorporación al equipo Under Armour para la campaña Unlike Any (ninguna igual) con que la firma deportiva se posiciona al lado de las mujeres excepcionales. Ya sea por su talento o por su fuerza de voluntad.
Pero la influencia de Yusra Mardini, que sigue preparándose como una más en el club de natación Wasserfreunde Spandau 04 para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio en el 2020 (donde, en sus palabras, se deberá “a tres banderas: Siria, Alemania y el Equipo Olímpico de Refugiados, todos los que tanto han hecho por mí”), va todavía más allá.
Su nombre se ha internacionalizado de una forma imparable. Apareció en el ranking 25 Women Changing the World (25 mujeres que cambian el mundo) de la revista People y figuró en la lista elaborada por la revista Time de las treinta adolescentes más influyentes.
Un cúmulo de reconocimientos que, sin embargo, no han cambiado ni un ápice la humildad y la franqueza de la que es también la embajadora de buena voluntad más joven de Acnur, la Agencia de Refugiados de la ONU, que además se convertirá en breve en la imagen oficial de la iniciativa Mujeres UA (UA Women). Ni más ni menos que junto a Misty Copeland y Lindsey Vonn, explica Marc Heinkelein, el agente deportivo de Yusra Mardini, que con tanto lío se ha convertido en un imprescindible compañero de viaje de esta nadadora activista.