NITERÓI, Brasil — Cuando Matheus Dominguez tenía 16 años, YouTube le recomendó un video que cambió su vida. Estaba en una banda musical en Niterói, una ciudad brasileña repleta de playas, y buscaba tutoriales de guitarra en línea.

Poco antes, YouTube había instalado un poderoso sistema de inteligencia artificial que aprendía del comportamiento de los usuarios y vinculaba a ciertos videos con recomendaciones de canales. Un día, ese sistema dirigió a Dominguez al perfil de un maestro de guitarra llamado Nando Moura, quien se había vuelto muy popular con videos sobre heavy metal, videojuegos y, sobre todo, de política.

En sus diatribas coloridas y paranoicas de extrema derecha, Moura acusaba a las feministas, a los maestros y a los políticos tradicionales de todo tipo de conspiraciones. Dominguez quedó cautivado.

A medida que Dominguez pasaba más tiempo en el sitio, YouTube le recomendaba más videos de figuras de extrema derecha. Uno era un diputado llamado Jair Bolsonaro, que en ese entonces era una figura marginal de la política brasileña pero se había convertido en una estrella entre la comunidad de extrema derecha de YouTube en el país suramericano, donde la plataforma supera las audiencias de la mayoría de los canales de televisión.

El año pasado, ese diputado se convirtió en presidente.

“YouTube se volvió la plataforma de redes sociales de la derecha brasileña”, dijo Dominguez, un muchacho de 17 años que asegura que planea postularse a un cargo político.

Los integrantes del movimiento de la extrema derecha en Brasil —desde organizadores comunitarios hasta legisladores federales— aseguran que su influencia no habría crecido tanto, ni tan rápido, sin el motor de recomendaciones de YouTube.