Las autoridades australianas declaran en la zona Sídney la situación catastrófica , el máximo nivel de alerta, mientras luchan contra cientos de incendios en todo el país. Al menos cuatro personas han muerto en los últimos dos días, dos de ellos bomberos.
La mayor ciudad australiana se encuentra asfixiada por una nube de humo tóxica con temperaturas de hasta 47 grados centígrados.
“Mi mayor preocupación es que me entren en los pulmones y en el corazón todas las partículas de humo. Por eso llevo mascarilla”, comenta un hombre.
“Vivo en Sídney desde 1992 y nunca había visto nada parecido.Creo que hay preocupación, pero también es la naturaleza haciendo lo que hace la naturaleza”, opina esta mujer.
El fuego, a solo 130 kilómetros de distancia, acecha la localidad desde el norte, el sur y el oeste.
Una veintena de bomberos y varios policías han resultado heridos.