La medida es tan impresionante como drástica. Para impedir que el coronavirus siga extendiéndose, las autoridades chinas han decidido cerrar a cal y canto la ciudad de Wuhan, con sus 11 millones de habitantes, es decir, una ciudad más grande que Londres o Nueva York.
Aviones, trenes, ferry y transportes urbanos dejan de funcionar
El aeropuerto y la estación de trenes han dejado de funcionar. También se ha suspendido el transporte público urbano, el metro y el ferry, y toda la población deberá usar mascarilla en lugares públicos.
Las autoridades han impuesto esta cuarentena durante la noche y un día antes de que comiencen en China las vacaciones de Año Nuevo, cuando decenas de millones de personas viajan a sus localidades de origen para visitar a la familia, en lo que constituye la mayor migración humana del planeta así como un gran riesgo de expansión del virus.
Aumento exponencial de los casos: China reconoce 17 muertos y cerca de 600 enfermos
Se trata de frenar como sea el aumento exponencial de casos de la que ya se conoce como neumonía de Wuhan, tras haber surgido en un mercado de animales de esta ciudad. China reconoce 17 muertos y cerca de 600 enfermos.
La Organización Mundial de la Salud, que baraja la necesidad de declarar una alerta internacional por el virus, aplaude la transparencia y determinación de las autoridades chinas.
“La transparencia es muy importante -dice Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS-. Es algo esencial para que el mundo pueda estar seguro. Y eso es lo que está sucediendo y animamos a China a seguir en esa dirección”.
