SpaceX, la empresa del multimillonario Elon Musk, ha logrado poner en órbita a dos astronautas en colaboración con la NASA, inaugurando así la era de los vuelos espaciales comerciales. La nave SpaceX Falcon 9 partió rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) bajo la atenta mirada del presidente estadounidense, Donald Trump, y de su número dos, el vicepresidente, Mike Pence. La ocasión lo merecía. Es la primera vez que su país envía astronautas al espacio desde suelo estadounidense y con una nave estadounidense desde el año 2011, cuando la NASA retiró la flota de transbordadores espaciales:
“Verdadero talento. Nadie lo hace como nosotros. Es genial tener todo este programa de vuelta y es sólo el comienzo. Vendrán muchas más cosas”, anunciaba Trump desde el Centro Espacial Kennedy de Florida.
Fue un evento cargado de emoción para Elon Musk, pero también para la NASA y para millones de estadounidenses en un momento difícil de su historia debido, en gran parte, a las consecuencias humanas y económicas de la pandemia de la COVID-19. Por razones de seguridad sanitaria, la NASA limitó el número de asistentes al mítico Centro Espacial Kennedy, pero el lanzamiento se siguió de forma multitudinaria desde otros puntos de Florida, donde se han escrito tantas páginas de la historia espacial.