Las medusas abundan en los mares europeos. En algunas zonas, su gran crecimiento es problemático. Investigadores aquí en Eslovenia creen que se puede sacar provecho de esta proliferación, especialmente para limpiar los océanos.
Para limpiar el agua
La costa eslovena en el mar Adriático es una de las zonas afectadas por esta contaminación destructiva tanto desde un punto de vista comercial como ecológico.
Se cree que la proliferación de medusas es consecuencia de la sobrepesca y del calentamiento global. Katja Klun estudia las especies locales, como esta medusa barril.
“Puede ver cómo libera esta mucosa. Es por supuesto, una señal de estrés. Quieren autoprotegerse”, comenta Katja Klun, química marina del Instituto Nacional de Biología de Eslovenia.
En cooperación con investigadores israelíes, este laboratorio desarrolla un prototipo de filtro para plantas de depuración que emplea mucosidad de medusa.
Su trabajo se basa en la capacidad que tiene este líquido viscoso de atrapar partículas de microplástico.
“Puede ver aquí que hay una lenta absorción”, dice Klun. “El microplástico verde es absorbido por la mucosidad. Además, tenemos que pensar en la sostenibilidad de esta tecnología. Es necesaria más investigación, más proyectos, estudios para no ser dependientes de la estacionalidad de las medusas, por ejemplo, cultivándolas”.
¿Deberíamos pescarlas o cultivarlas?
Una pregunta a la que intenta responder un proyecto de investigación europeo llamado GoJelly.
Especialistas internacionales han venido a Eslovenia a presentar sus estudios sobre las medusas.
Y a debatir sobre el destino de este celentéreo que ahora se acumula en las redes de pesca y que luego es descartado.
“El mundo busca nuevos recursos y nuevos recursos marinos”, mantiene Jamileh Javidpour, biológo coordinador del Proyecto GoJelly. “De ahí viene el concepto de “crecimiento azul”. GoJelly muestra las posibilidades de emplear esta biomasa en una economía circular”.