Cuando parecía prácticamente erradicado de China, el coronavirus ha resurgido en Pekín. La capital, con sus más de 21 millones de habitantes está en alerta máxima.
El brote ha surgido en Xinfadi, un gigantesco mercado que suministra de productos frescos a la ciudad y que ha sido temporalmente clausurado.
Miles de personas están siendo sometidas a test y una veintena de zonas residenciales han sido puestas en cuarentena. Ya hay más de un centenar de casos positivos.
Para la Organización Mundial de la Salud, el ejemplo de China muestra por qué no hay que bajar la guardia. Sobre todo, porque lejos de apagarse, el virus se extiende por el mundo cada vez más rápido.
“Los primeros 100.000 casos fueron notificados en un período de dos meses. En las últimas dos semanas, ha habido más de 100.000 casos cada día -explicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS-. Incluso los países que han demostrado su capacidad para frenar la transmisión deben mantenerse alerta ante la posibilidad de un resurgimiento”.
Los comercios ingleses reabren
Este mensaje que parece dirigido expresamente a Europa, donde todos los sectores económicos tratan de despegar.
Los comercios ingleses reabrieron este lunes, tras casi tres meses cerrados por la pandemia que ha dejado 41.000 muertos en el Reino Unido. Los clientes han vuelto a adueñarse entusiasmados a grandes almacenes como el emblemático Selfridges en Londres.
“Vengo solo para mirar y estar con otros seres humanos -dice una clienta-. Lo han hecho muy bien”.
Todos los lugares de ocio al aire libre, como los parques y zoológicos, también han reabierto.