Ya son 27 los ancianos fallecidos por un brote de COVID-19 en una residencia de Bélgica. Y es que este año San Nicolás pudo no solo llevar regalos y alegría, sino también coronavirus.

El brote en la residencia Hemelrijck, en la ciudad norteña de Mol, surgió tras la visita del querido personaje, el 4 de diciembre, que no sabía que estaba infectado. Para los moradores de la residencia y sus familiares son momentos difíciles.

“Ella está dentro, en su habitación y no puede salir. Tiene que comer en su habitación. Ve a muy poca gente. Además, el personal de la residencia no tiene tiempo para ella, porque hay tanta muerte y tanta gente enferma… y no tienen tiempo para ella”, explicaMiriam Mareels, nuera de una interna en la residencia Hemelrijck de Mol.

“Se le está haciendo difícil estar siempre sola, y deben quedarse en la habitación porque ella está infectada por coronavirus, pero no tiene síntomas, pero debe quedarse en su habitación”, cuenta George Miny, sobrino de una interna en la residencia Hemelrijck de Mol.

Según las últimas cifras, 88 residentes y 42 trabajadores están contagiados.

Aunque la investigación no ha sido concluyente, sobre si fue el voluntario vestido de San Nicolás quien llevó el virus a la residencia, tanto la municipalidad como los familiares de los ancianos han criticado que se organizara la fiesta de San Nicolás en plena pandemia.