En un país conmocionado por dos matanzas con armas de fuego, que causaron 31 muertos en menos de 14 horas el pasado fin de semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha visitado este miércoles las ciudades de Dayton (Ohio) y El Paso (Texas), escenarios de los ataques, donde fue recibido con protestas. Poco duró la llamada a la concordia y la unidad de su mensaje televisado a la nación el martes: ya antes de partir, el republicano arremetió en Twitter contra los “demócratas de la izquierda radical” y la prensa progresista, en la misma retórica agresiva que muchos consideran responsable del odio y la división que lastra al país norteamericano
El presidente ha evitado cualquier contacto con el público en ambas ciudades. La Casa Blanca no había detallado la agenda de las visitas y ni siquiera los periodistas acreditados han podido acompañarlo al interior de los hospitales.