Los habitantes de Jersón, en el sur de Ucrania, despertaban bajo control ruso. Está a orillas del Mar Negro, cuenta con casi 300.000 habitantes y se ha convertido en la primera ciudad importante en caer desde el inicio de la invasión, hace ocho días. Las tropas rusas prácticamente bloquean ya Mariúpol, en el sureste, sometida a quince horas seguidas de bombardeos el miércoles. Intensos ataques también en Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, con misiles impactando en varios edificios estatales y una universidad. Cuatro civiles perdieron la vida. En Izium, en la región de Járkov, esta misma noche, otras seis personas han muerto en un bombardeo, dos de ellas niños. En Kiev, la capital, las bombas no dan tregua. Según el servicio de emergencia de Ucrania, más de 2.000 civiles han muerto desde el inicio de la invasión rusa, el pasado jueves.
Blinken viaja a Europa
Para reafirmar el apoyo de Washington a Kiev, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, inicia una visita a Europa que lo llevará a Bruselas, Polonia, Moldavia y los estados bálticos. Preguntado sobre si Moscú está atacando deliberadamente a civiles en Ucrania, esto es lo que dijo:
“Ciertamente, hemos visto en el pasado que uno de los métodos de guerra de Rusia es ser absolutamente brutal al tratar de intimidar a la ciudadanía de un país determinado y eso incluye, como mínimo, ataques indiscriminados”.
Blinken insiste en una solución diplomática, pero para ello ve imprescindible una desescalada militar.
Las sanciones golpean la economía rusa
Las sanciones sin precedentes impuestas por Occidente empiezan a hacer mella en la economía rusa. El presidente Vladímir Putin aborda con los empresarios cómo afrontar sus consecuencias.
Resistencia y conversaciones de paz
En Ucrania, se sigue organizando la resistencia. En una iglesia ortodoxa de Lviv, en el oeste, recaudan donaciones para quienes luchan en el frente, mientras los fieles rezan por la paz. Paz que buscarán las delegaciones de Kiev y Moscú, este jueves, en la segunda ronda de conversaciones prevista en Bielorrusia, cerca de la frontera con Polonia.