Suecia ha superado la barrera de los 5.000 fallecidos por coronavirus.
Una tasa de 499,1 muertos por millón de habitantes que hace añicos la estrategia decidida por el Gobierno sueco, menos estricta frente a la pandemia en comparación con la impuesta por los países vecinos, como Dinamarca, Noruega o Finlandia.
Aunque la evolución epidemiológica es positiva, el consenso político se ha resquebrajado especialmente por el fallecimiento de muchas personas mayores.
Suecia eliminará el 30 de junio su recomendación de no viajar a España y a otros nueve países europeos (Bélgica, Francia, Grecia, Islandia, Italia, Croacia, Luxemburgo, Portugal y Suiza).
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En Portugal, preocupan mucho los pequeños brotes con nuevos contagios muy localizados en la región de Lisboa y en el Valle del Tajo.
En concreto, en dos residencias de ancianos y en un centro oncológico de la capital, cuando se han vuelto a superar los 300 contagios diarios en 24 horas. Otro brote que las autoridades portuguesas controlan, es el detectado en Lagos, en el Algarve, al sur del país, con 39 positivos tras la celebración de una fiesta ilegal. Portugal ha sido uno de los países europeos que han gestionado la pandemia con mayor eficacia, registrando hasta la fecha 1.523 muertos con 37.672 contagios.
En Italia, la pandemia sigue bajo control con 43 nuevos fallecidos, según los datos oficiales. Lombardía, la región italiana en la que se originó el primer brote, sigue siendo la más afectada.
Con un total de 34.448 muertos, es el cuarto país del mundo con mayor número de víctimas mortales tras Estados Unidos, Brasil y el Reino Unido.