Extender la producción de vacunas para frenar la COVID-19. A ello se han comprometido los ministros de Exteriores del G7, en su cita de Londres, en un momento en que la pandemia está descontrolada en la India. Su objetivo es trabajar con las farmacéuticas para lograr un acceso global “asequible y equitativo” a inyectables, terapias y diagnósticos. No han pedido, sin embargo, una suspensión temporal de la propiedad intelectual de las vacunas. Una iniciativa que se está debatiendo en la Organización Mundial del Comercio (OMC), que sí ha respaldado la Administración Biden.
Los responsables de la diplomacia de los miembros del G7 “también se han comprometido a recaudar dinero extra para el mecanismo Covax de la ONU”.
El ministro de Exteriores indio, invitado del G7, ilustró en persona el impacto de la pandemia. Él y todo su equipo tuvieron que aislarse después de que dos miembros de su delegación dieran positivo.
Situación dantesca en la India
En la India, pese a la ayuda internacional, la situación es dantesca. Falta de camas y oxígeno en los hospitales… Morgues y crematorios desbordados… Muchas personas han fallecido en ambulancias y aparcamientos o incluso en la calle, esperando una cama u oxígeno.
El Tribunal Supremo exige al Gobierno un plan inmediato para satisfacer las necesidades de oxígeno de los hospitales de Nueva Delhi.
Los países vecinos de la India han cancelado vuelos y cerrado fronteras, tratando de protegerse. El más afectado hasta la fecha es Nepal, que ha registrado tres días consecutivos con más de 7 000 nuevas infecciones.