Las Seychelles tienen fama de ser el paraíso en la Tierra, pero incluso allí las nubes cubren el cielo. A medida que el océano absorbe más calor y CO2 de la atmósfera, se calienta y se vuelve más ácido. Esto provoca el blanqueamiento y la destrucción de los sensibles arrecifes de coral. Rafaela Gameiro y Nora Xylander dirigen proyectos de restauración de corales con una ONG local, la Sociedad de Conservación Marina de Seychelles.
“Tuvimos dos grandes eventos de blanqueamiento masivo, uno en 1998 y otro en 2016, que causaron la mortalidad de más del 90% de todos los corales de las islas. Cuando buceas puedes ver que la mayoría de los arrecifes de coral están muertos, es casi como un cementerio de corales”, explica Gameiro en una de las playas tras una inmersión para comprobar las plantaciones de coral.
Para salvar los arrecifes, los activistas están construyendo viveros artificiales, regenerando y trasplantando corales más resistentes. La muerte de los arrecifes puede desencadenar el colapso de todo el ecosistema marino, socavando la pesca y el ecoturismo, y poniendo en peligro aún más las zonas costeras.
“Básicamente son una barrera contra las olas antes de que golpeen la tierra. Así que, si los arrecifes de coral desaparecen, se crearían grandes problemas para islas como Seychelles en términos de erosión costera, inundaciones y la apariencia de las playas”, explica Xylander.
El blanqueamiento de los corales es sólo un ejemplo de cómo el calentamiento de los océanos está afectando a los ecosistemas marinos y a las comunidades costeras de todo el mundo