Donald Trump se enfrenta a su segundo impeachment, el primero de la historia de Estados Unidos sin el presidente en el cargo. Con 56 votos a favor, seis de ellos republicanos, y 44 en contra, la Cámara ha quitado la razón a la defensa del ya expresidente, que consideraba inconstitucional el juicio político al haber dejado ya este la Casa Blanca.
Los demócratas de la acusación iniciaron el procedimiento con un vídeo sobrecogedor del discurso de Trump del 6 de enero y los disturbios protagonizados por sus partidarios, en los que murieron cinco personas. Trump arengó a sus seguidores antes de que estos asaltaran el Capitolio, por lo que se le acusa de “incitar a la insurrección”.
Uno de los senadores, Jamie Raskin, que ejerce como fiscal en el ‘impeachment’, tuvo que esconderse de los violentos junto a su hija, una experiencia que no podrá olvidar fácilmente: “¿Y sabes lo que dijo? Dijo: ‘Papá, no quiero volver al Capitolio’. De todas las cosas terribles y brutales que vi y escuché ese día, y desde entonces, esa fue la que más me tocó.”
La defensa del expresidente
Los abogados de Trump insisten en que no se trató de “”incitación a la insurrección'”, sino de un discurso con una figura retórica, y refutan el razonamiento de los demócratas. “Realmente estamos aquí porque la mayoría de la Cámara de Representantes no quiere enfrentarse a Donald Trump como rival político en el futuro. Esa es la verdadera razón por la que estamos aquí”, argumenta Bruce Castor, uno de los letrados del exmandatario.
El juicio a Trump en el Senado no ha hecho más que empezar. Pero su imputación final parece difícil, Se necesita una mayoría de dos tercios para condenarle, con el voto favorable de 17 republicanos. Pero Trump, incluso fuera del cargo, sigue teniendo gran influencia en su partido.