En las últimas semanas se han producido más de 50.000 terremotos en una zona que no ha visto actividad volcánica en los últimos 800 años.

Pall Einarsson, es profesor emérito de geofísica de la Universidad de Islandia y apunta: “Las secuencias de grandes terremotos no son algo extraño, pero es la primera vez que las vemos aquí, en los alrededores de la capital de Islandia, Reikiavik. Y sentir terremotos todos los días es una experiencia nueva para mucha gente”.

En caso de que se produzca una erupción volcánica, se está planteando la posibilidad de utilizar maquinaria pesada para hacer zanjas y muros de tierra que cambien el curso de la lava fundida.

En 1973 se tomaron precauciones similares para salvar la ciudad de la cercana isla de Heimaey.

Pero hasta ahora los temblores no han causado daños significativos, de momento la actividad es más bien una molestia. Sigurdur Oli abandonó la zona por un tiempo. Ahora que ha vuelto a su casa varias cosas han cambiado_:”Somos de las muchas personas que se han ido para poder dormir en paz durante un tiempo. Como la tierra ha temablado mucho al entrar con el equipaje, he visto como la mesa de la cocina estaba tumbada. Y varias cosas se habían salido de los armarios”._

Los especialistas en riesgos naturales están de guardia las 24 horas del día conscientes de lo difícil que es predecir la actividad volcánica.