Un sangriento atentado en plena hora punta ha recordado esta mañana a los vecinos de Damasco, la capital siria, que el país sigue en guerra. Al trece personas han muerto y tres han resultado heridas al estallar dos bombas al paso de un autobús que transportaba a soldados. El vehículo quedó completamente calcinado. La metralla alcanzó a varios coches y autobuses.
Por el momento, ningún grupo se ha atribuido la autoría del ataque, que tiene como telón de fondo la larga guerra que sufre el país desde marzo de 2011. Aunque en los primeros momentos, diferentes grupos insurgentes ganaron terreno y llegaron a controlar la mayor parte de Siria, la situación cambió radicalmente gracias al apoyo militar que recibió el presidente Bachar al Assad por parte de Rusia e Irán. El conflicto ha dejado más de 350 000 muertos, 5 millones de refugiados y otros tantos desplazados internos.
