El presidente colombiano, Gustavo Petro, con tan solo diez meses en el Gobierno, enfrenta una crisis por interceptaciones ilegales y posibles abusos de poder que ya le costó el cargo a dos de sus alfiles, la jefa de Gabinete, Laura Sarabia, y el embajador en Venezuela, Armando Benedetti.
El supuesto hurto de un maletín con dinero de la casa de la alta funcionaria, atribuido a Marelbys Meza, quien trabajó para ella como niñera, fue el detonante de una serie de irregularidades que ya pasó factura a Sarabia, mano de derecha de Petro en su Gobierno, y a Benedetti, quien lo fue durante la campaña electoral.
Petro aseguró que su campaña no recibió dineros del narco y su gobierno no hace interceptaciones ilegales ni acepta chantajes, tras las supuestas amenazas de uno de sus antiguos alfiles políticos reveladas por un medio.
Armando Benedetti, que hasta el viernes fue embajador de Colombia en Venezuela y una de las personas más cercanas al mandatario, protagonizó un nuevo episodio del thriller político que sacude al gobierno en los últimos días.
El ex embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, durante una reunión en el Palacio de Miraflores en Caracas. Foto EFE
La revelación
La revista Semana publicó unas grabaciones en las que presuntamente se escucha a Benedetti enfadado y amenazando a la antigua jefa de gabinete, Laura Sarabia, con revelar financiaciones ilegales a la campaña de Petro por unos 3,5 millones de dólares y asegura que de hacerlo se irían todos a la cárcel.
“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador de Venezuela se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se va a alterar los procesos de investigación”, dijo Petro el viernes en una ceremonia de ascensos militares en Bogotá.
“Laura (…) Nos hundimos todos. Nos acabamos todos. Nos vamos presos (…) Con tanta mierda que yo sé, pues nos jodemos todos, si ustedes me joden a mí, yo los jodo a ustedes”, dicen los audios inundados de palabrotas, atribuidos al exembajador y en los que no se oye a su interlocutor.
“Nadie del gabinete del gobierno ni directores ni comandantes de la fuerza pública, ni directores de aparatos de inteligencia han ordenado ni interceptaciones de teléfonos, ni allanamientos ilegales, ni se han aceptado chantajes sobre cargos públicos o contratos, ni se han recibido en la campaña dineros de personas ligadas al narco”, aseguró Petro en Twitter.
“Yo no acepto chantajes, ni veo la política como un espacio de favores personales”, añadió, y se solidarizó con Sarabia por recibir “una presión enorme”.
El fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa. Foto AFP
Benedetti fue clave en la victoria del primer gobierno de izquierda en la historia del país y le presentó a Petro a su antigua secretaria privada, Sarabia, que luego se convertiría en la mano derecha del mandatario.
En un mensaje en Twitter, el exembajador aseguró que los audios revelados por Semana “han sido manipulados” y pidió “excusas al presidente” y a Sarabia “por la agresión y el ataque malintencionado”.
“Creo entender qué le pasa a la mente de Armando Benedetti, acepto sus disculpas, pero debe explicar sus palabras ante la fiscalía y el país”, respondió Petro.
El robo del dinero
Todo comenzó en enero cuando, según publicó el sábado la revista Semana, Marelbys Meza fue acusada de hurtar un maletín con una suma no precisada de dinero de la casa de Sarabia.
Según Meza, cuando Sarabia supo del hurto la hicieron ir hasta una dependencia presidencial donde fue interrogada y sometida a pruebas de polígrafo sin una orden judicial.
Hasta ahí el escándalo era por el posible abuso de poder del Estado para esclarecer un asunto particular, pero de repente los reflectores apuntaron hacia Benedetti, quien según el periodista Daniel Coronell, podría estar detrás de la denuncia de Meza, en un episodio de “fuego amigo” en el Gobierno.
Benedetti es un polémico exsenador que fue uno de los primeros aliados de Petro fuera de la izquierda en 2021, cuando lanzó su candidatura, y decisivo en su triunfo, por lo cual se convirtió en figura poderosa en el Gobierno, que lo designó embajador en Venezuela.
La conexión con el embajador
Tras la denuncia de Meza surgió la conexión de Benedetti con el caso, revelada en W Radio por Coronell, según la cual el ahora embajador y Sarabia, su antigua funcionaria, tuvieron choques por cargos en el Gobierno.
Según esa versión, Benedetti quería dejar la embajada en Caracas y le pidió a Petro el Ministerio de Defensa, lo que fue rechazado por el presidente, y Sarabia “le ofreció el Ministerio del Interior o la Cancillería, a pesar de que ambos cargos ya estaban ocupados”.
Benedetti regresó la semana pasada a Bogotá para reunirse con Petro y, mientras el país esperaba los resultados de ese encuentro, la revista Cambio reveló que Meza no solo fue interrogada sin orden judicial sino que su teléfono fue interceptado por la Policía, que usó como fachada una operación contra la banda criminal del Clan del Golfo en el departamento del Chocó.
Esa versión fue corroborada ayer por el fiscal general, Francisco Barbosa, quien dijo en una rueda de prensa que en los próximos días se tomarán “decisiones judiciales” en este caso.
Paradójicamente, Petro cuando estaba en la oposición fue un feroz crítico de las interceptaciones ilegales hechas durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), conocidas en el país como “chuzadas”, por lo que hoy reiteró: “este Gobierno va a repetir la suciedades de otros gobiernos”.
La encrucijada de Petro
Este escándalo que está lleno de cabos sueltos se produce en un momento en que el Gobierno de Petro vive horas bajas, con problemas en diferentes frentes.
Por un lado, sus reformas sociales están paradas en el Congreso y la coalición de Gobierno acaba de estallar, hasta el punto de que congresistas del partido Alianza Verde presentaron ayer una proposición para archivar la polémica reforma a la salud.
El presidente, además, mantiene un duro enfrentamiento con el fiscal, con el Consejo de Estado, con la Procuraduría e incluso con la prensa.
En un intento de inclinar la balanza a su favor, Petro anunció que el próximo 7 de junio caminará “al lado del pueblo trabajador” en una movilización convocada por centrales obreras en defensa de las reformas. Ese mismo día Sarabia estaba citada por el Congreso para responder por el caso de la niñera, un problema doméstico que alcanzó una dimensión de crisis de Gobierno y le costó el cargo.
El nuevo revés es particularmente espinoso para la izquierda en el poder, autodenominada “gobierno del cambio”, pero señalada de acudir a viejas prácticas políticas. Según la más reciente encuesta de Invamer, la aprobación a su gestión pasó de 50% en noviembre a 34% en mayo.
La autoridad electoral abrió una investigación preliminar sobre la financiación de la campaña de Petro.
La Cancillería anunció este lunes al nuevo embajador extraordinario en Venezuela, Milton Rengifo, quien hizo parte de la alcaldía de Petro en Bogotá (2012-2015).
Fuente EFE y AFP