En un esfuerzo por evitar a los diabéticos el dolor y la molestia de realizar pruebas diarias de glucosa en la sangre mediante punción digital, varios grupos han desarrollado sistemas de monitoreo continuo de azúcar en la sangre. Los científicos suecos ahora creen que pueden haber mejorado en dicha tecnología, utilizando un parche para la piel que lleva una pequeña aguja.
Según los investigadores del Real Instituto de Tecnología KTH de Estocolmo, existen dos problemas principales con los sistemas de monitoreo continuo de glucosa de hoy en día (CGMS). Por un lado, debido a que incorporan una aguja de muestreo de al menos 7 mm de largo, pueden ser incómodos.
Además, esa aguja toma mediciones de glucosa dentro del tejido graso debajo de la piel, lo que no es ideal para obtener las lecturas más precisas.
Como una alternativa menos dolorosa y más precisa, el equipo de KTH ha desarrollado un parche cutáneo experimental, en cuyo fondo se encuentra una microaguja de silicona, que es solo una quincuagésima parte de la longitud de las agujas utilizadas en los sistemas CGM convencionales.
Debido a que es tan corto, la microaguja sobresale solo en la capa superior de la piel (menos de 1 mm de profundidad), donde no hay receptores nerviosos. La acción capilar natural hace que la aguja hueca se dibuje continuamente en el líquido intersticial, que es el líquido que rodea las células de la piel.
Se utiliza un sensor enzimático de tres electrodos “extremadamente miniaturizado” para analizar ese fluido y determinar su contenido de glucosa (y por lo tanto el de la sangre).