En el sur de Chicago un joven de 19 años mató a tiros a dos adolescentes de 16 y 17 años porque las víctimas comentaron su estatura mientras estaban en una tienda local comprando dulces.
Según los medios locales el incidente tuvo lugar por la tarde el sábado 20 de junio. De acuerdo al subjefe de detectives, Brendan Deenihan, el tiroteo tuvo lugar después de que dos adolescentes y un amigo tuvieron un breve encuentro con Laroy Battle, a quien no conocían, en una tienda.
“Las víctimas entraron en la tienda y vieron a Battle que estaba en la cola. Ellos comentaron su estatura, porque Battle es bastante alto, y le preguntaron qué tan alto era diciendo que esperaban ser así de altos algún día”, dijo Deenihan en una rueda de prensa la semana pasada. Según el oficial los muchachos eran “niños muy buenos de unas familias realmente excelentes”.
Al salir del establecimiento los tres amigos iban camino a casa cuando en un callejón Battle los alcanzó y comenzó a dispararles. Jasean Francis, de 17 años, recibió un disparo en la espalda, el pecho y la mano izquierda. Charles Riley, de 16 años, recibió un disparo en la espalda y la pierna izquierda. Los dos fueron ingresados en el Hospital de la Universidad de Chicago, donde murieron.
El tercer adolescente, que no fue identificado, logró escapar del tiroteo. Más tarde la Policía dijo haber encontrado nueve casquillos en el lugar del crimen.
La Policía de Chicago publicó un twit agradeciendo a los miembros de la comunidad por su ayuda en la identificación del sospechoso. “Gracias a los miembros de la comunidad que nos proporcionaron información. Los detectives pudieron identificar rápidamente a Battle, pero fue la ayuda que recibimos de la comunidad lo que llevó a su arresto”.
De acuerdo a Chicago Sun-Times Battle supuestamente admitió que él era el hombre grabado por una de las cámaras de vigilancia del vecindario, pero nunca explicó el motivo de su actuación.
Al joven afroamericano —con anterioridad había sido arrestado en tres ocasiones y fue condenado previamente por uso ilegal de arma, por lo que había recibido la libertad condicional— fue acusado de dos cargos de asesinato en primer grado y le negaron la fianza. Además el día de su arresto la policía encontró a Battle con una “sustancia regulada”.
Los adolescentes Riley y Francis completaron las estadísticas de uno de los fines de semana más violentos que Chicago había experimentado en la historia reciente, con 106 disparos, 14 de ellos fatales, incluido un niño de 3 años, resumió Chicago Tribune.