Un exgerente de la empresa estadounidense de aeronaves, Ed Pierson, por primera vez confesó a NBC News que había advertido a la compañía sobre los problemas con Boeing 737 MAX en la fábrica principal en el estado de Washington unos meses antes de los accidentes mortales en Indonesia y Etiopía.
Errores críticos en la fabricación
En una entrevista que apareció este martes, dos días antes de la comparecencia de Pierson ante el Congreso para testificar, el empleado recuerda que la compañía tenía la intención de aumentar la producción de este modelo de 47 a 52 al mes, por lo que la fabrica se sumergió “en el caos”.
Según Pierson, que trabajó en la empresa durante 10 años, la combinación de trabajadores exhaustos que tenían que producir más y a mayor velocidad podría haber conducido a errores críticos durante la fabricación.
Los trabajadores pasaban semanas laborales consecutivas de 50 a 60 horas sin tomarse días libres. “Por primera vez en mi vida lamento decir que dudo en poner a mi familia en un avión Boeing”, escribió el empleado a un ejecutivo de la compañía antes de la primera tragedia.
Como alternativa Pierson propuso cerrar la línea de producción por un tiempo limitado para después crear “un entorno más estable” para ayudar a los trabajadores a terminar de construir los aviones que ya estaban en progreso. Sin embargo, la compañía no hizo caso a su propuesta, señala Pierson.
La posición de Boeing
Por su parte, el gigante de construcción de aeronaves publicó un comunicado en que defendió su manejo de las advertencias recibidas de Pierson. La compañía subrayó que sus preocupaciones llamaron la atención y “recibieron escrutinio en los niveles más altos de la empresa”.
Además, la compañía destacó que Pierson no presentó detalles o información especificada sobre supuestos defectos particulares. Por lo tanto, Boeing anunció que no relaciona los problemas en la fábrica con los accidentes que tuvieron lugar el año pasado.