José Luis Parada, ex director general de Producción y Explotación de la estatal Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA), ocultó 7,1 millones de dólares en Suiza en julio de 2014, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
Parada transfirió este dinero a una cuenta de la Banca Credinvest SA del país helvético desde la Banca Privada d’Andorra (BPA), donde acumuló 8,5 millones de dólares entre 2008 y 2015.
La cuenta que Parada manejó en Andorra —un país pirenaico blindado hasta 2017 por el secreto bancario— se nutrió entre 2010 y 2011 de seis millones de ingresos del que fuera viceministro de Energía del Gobierno de Hugo Chávez, Nervis Villalobos. Y de otros dos millones y medio de Diego Salazar, primo de Rafael Ramírez, ministro de Petróleo de Venezuela entre 2002 y 2014 y expresidente de PDVSA.
Villalobos y Salazar no son dos jerarcas chavistas al uso. Una juez del país pirenaico procesó a ambos en septiembre de 2018 por pilotar una presunta organización dedicada a cobrar comisiones a empresas a cambio de mediar para captar adjudicaciones públicas de Venezuela durante el Gobierno de Chávez (1999-2013). La actividad de esta trama de conseguidores compuesta por más de una treintena de personas provocó en la energética estatal un agujero de 2.000 millones, según la investigación andorrana, una cantidad que la Fiscalía de Venezuela aumenta hasta los 4.200 millones.
Gastos de lujo y 16 millones en acciones
A través de esta compañía opaca se adquirieron entre 2008 y 2014 valores de distintas empresas por un total de 16 millones de dólares. Y dos tarjetas asociadas a Prometeo Internacional SA registraron entre 2009 y 2013 un total de 128.700 euros de cargos en exclusivos hoteles y restaurantes de Houston, Los Ángeles, San Diego, Miami, París, Bogotá, Barcelona o Düsseldorf.
Según el know your customer (conozca a su cliente), una suerte de tercer grado que rellenaban los clientes de la BPA para aclarar el origen de sus fondos, Parada justificó sus ingresos en el banco como trabajos de asesoría a Villalobos. La misma treta que esgrimieron también para enmascarar el cobro de sobornos el resto de miembros de la red que expolió PDVSA, según la investigación.
Para difuminar el rastro del dinero, Villalobos y Salazar hicieron llegar los fondos a Parada en la BPA a través de traspasos internos. Y ordenaron los envíos desde cuentas asociadas a las empresas instrumentales Tristaina Trading SA y Monterrey Management SA, vinculadas a Villalobos, y High Advisory and Consulting SA, una sociedad relacionada con Salazar y su presunto testaferro, Luis Mariano Rodríguez Cabello.
Los 7,1 millones de dólares no fueron la única remesa que el exjefe de Producción de PDVSA envió al país helvético. Parada transfirió el 28 de marzo de 2011 un millón desde la BPA a una cuenta de la Union Bancaire Privée de Suiza a nombre de un misterioso beneficiario, “redsocks”. Los investigadores no han podido acreditar quién se esconde tras esta pantalla.
Parada justificó su decisión de transferir su patrimonio andorrano a Suiza en julio de 2014 para evitar que la justicia del Principado bloqueara sus fondos como hizo con otros exjerarcas chavistas y directivos de PDVSA investigados desde 2012 por el expolio de esta compañía pública. “Dice que no existe seguridad jurídica en el país que proteja su patrimonio, así como una persecución intencionada por parte de las autoridades locales a las personas de su nacionalidad”, anotó un empleado de la BPA en un documento. El escrito revela también que el que fuera responsable de Producción de la energética desembarcó como cliente en este banco de la mano de Luis Alejandro Rivero, gestor de Inveramerica Asesoría Financiera LTD.
Un informe de la Unidad de Inteligencia Financiera de Andorra (Uifand) de octubre de 2020 conecta los fondos que Parada depositó en Andorra con el expolio de PDVSA. “La condición de alto directivo de la petrolera presume la participación [de Parada] en un entramado delictivo. La contraprestación económica recibida en su cuenta del Principado presentaría indicios suficientes para sospechar que tendrían su origen en la corrupción”, apunta el fiscalizador andorrano.
El organismo del principado resume así la relación entre el exejecutivo de la petrolera y los dos miembros de la trama que expolió la firma pública: “Bajo la vinculación de unos contratos de asesoramiento, Parada habría recibido fondos de Salazar y Villalobos”.
La Uifand destaca como prueba de esta conexión que una empleada de Ingeniería y Proyectos Energéticos (Ingespre), una firma vinculada a Villalobos, diera instrucciones por correo electrónico al gestor de la cuenta de Parada en la BPA, Pablo Laplana.
Parada fue arrestado en 2015 en Venezuela por corrupción y acusado por el Ministerio Público de malversación de fondos y asociación ilícita. Pese a que las autoridades del país sudamericano le condenaron a arresto domiciliario hasta la celebración del juicio, el exejecutivo de PDVSA huyó de la justicia venezolana en agosto de 2017 y reside en Canadá, según la Uifand. EL PAÍS ha intentado sin éxito contactar con Parada.
La red que expolió PDVSA blanqueó presuntamente sus fondos entre 2007 y 2012 en la BPA, una entidad intervenida en marzo de 2015. Mediante una telaraña de una treintena de sociedades en países como Suiza y paraísos fiscales como Belice, la trama recurrió a la infraestructura diplomática venezolana para captar empresarios que optaban a adjudicaciones en la Venezuela chavista.
Desfalco internacional y prohombres chavistas
Junto al exviceministro Villalobos, un ingeniero reconvertido en asesor de empresas que movió 124 millones de euros en la BPA, la organización incluyó en sus filas a otro prohombre del chavismo, el exviceministro y director entre 2007 y 2010 de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) Javier Alvarado. Se trata de un exjerarca que está siendo investigado en España y EE UU y que fue arrestado en Madrid en 2019 a petición de un juzgado de Texas, que le reclamaba por los supuestos delitos de blanqueo de capitales y conspiración para el blanqueo. Las pesquisas del juez americano indagan un caso de corrupción de más de 50 millones de dólares conectado con la energética venezolana.