Nacido en febrero de 1989 en Estrasburgo, los servicios policiales de Francia y Alemania lo conocen mejor que nadie por delitos comunes, incluidos los robos múltiples. En su historial criminal cuenta con 20 condenas. Así lo confirmó durante una rueda de prensa el ministro del Interior, Christophe Castaner, “el individuo es de sobra conocido por la policía, ya que había cometido delitos comunes y había sido condenado tanto en Francia como en Alemania”.
Se da la circunstancia de que varios agentes intentaron capturarlo por la mañana, en el marco de una investigación por robo e intento de asesinato. En el registro de su vivienda, los agentes encontraron varias granadas. Todos sus cómplices fueron detenidos.
Por la noche, en un segundo tiroteo con las fuerzas del orden, el atacante resultó herido de bala antes de lograr huir a bordo de un taxi tras tomar como rehén al conductor. Este último, logró escapar con vida.
El perfil de Cherif C. encaja en el de los autores de otros ataques terroristas, ya que con desgraciada frecuencia muchos delincuentes comunes se han radicalizado tras su paso por prisión. Precisamente, durante uno de sus últimas estancias en la cárcel, los responsables penitenciarios habían alertado de su elevado nivel de violencia y proselitismo religioso.
