El día de los inocentes, el fundador y director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, bromeó acerca de la quiebra de la empresa. Pero parece que un resultado tan aparentemente improbable no es cosa de risa. Teniendo en cuenta que Tesla, una de las principales marcas bajo su liderazgo visionario, ‘quema’ 6.500 dólares cada minuto, sin financiamiento adicional, ahora existe un “riesgo real” de que la compañía de automóviles eléctricos no tenga suficiente dinero para llegar a fin de este año calendario, informa Bloomberg.
El flujo de efectivo libre (la cantidad de efectivo que genera una empresa después de contabilizar los gastos de capital) ha sido negativo durante cinco trimestres consecutivos, según explica el medio.
Actualmente, Tesla tiene tres automóviles en fabricación (el Model S, el Model 3 y el Model X SUV) en su única planta de ensamblaje automático en California. Además, Musk presentó el año pasado su nuevo camión de propulsión eléctrica y tiene planes de agregar un nuevo auto deportivo descapotable y un ‘crossover’ a la línea de producción en los próximos años. La visión del fundador de Tesla para el futuro exigió una automatización extrema, pero en 2018 Musk emitió una declaración pública alegando que los operadores humanos todavía eran vitales para su empresa.
De acuerdo con Bloomberg, la empresa ha agregado nuevos empleados más rápido de lo que ha impulsado los ingresos en tres de los últimos cuatro años. En 2017, la fuerza laboral de la compañía más que se duplicó, mientras que Tesla aumentó la producción del Model 3. En 2010, la empresa tenía solo 899 empleados. Hoy cuenta con casi 40.000 trabajadores. De esta manera, la excesiva contratación de personal en curso probablemente esté contribuyendo a sus problemas financieros.
Además, la empresa de Musk se encuentra en medio de una tormenta interminable de fracasos de relaciones públicas, incluido el reciente accidente mortal con su Model X. Asimismo, la empresa queda muy lejos de sus propios objetivos de producción del sedán Model 3. Para colmo, Musk entró en una disputa pública con los reguladores federales de seguridad sobre la inspección técnica del Modelo S. Como resultado de todo esto, los analistas de crédito bajaron la calificación de las acciones de Tesla, que cayeron un 24 por ciento desde su máximo en septiembre.
Desde su fundación en 2003, la imagen pública de la empresa y su fundador siempre ha sido esencial para la capacidad de Tesla de recaudar dinero. “Elon Musk es ingeniero, por lo que trata el problema de reunir capital como un elemento que necesita resolver”, señaló Andrea James, una exanalista de la empresa que observó los repetidos viajes de Musk a Wall Street para recaudar más fondos.
Sin embargo, su capacidad para conseguir todos los préstamos necesarios también contribuye a la desmesurada ‘quema’ de efectivo por la empresa, según apunta el medio. Tesla terminó el 2017 con 3.400 millones en efectivo disponible y 9.400 millones de dólares en deuda pendiente. Muchos analistas creen que con este ritmo actual de ‘quema’ sin nuevas inversiones grandes, Tesla podría quedarse sin dinero antes de fin de año.
Al mismo tiempo, una de las fortalezas más importantes de Tesla es, según el medio, su capacidad de monetizar la paciencia y la buena voluntad de sus clientes y fieles seguidores. A finales de 2017, la compañía contaba con un asombroso monto de 854 millones de dólares en depósitos de clientes.
Estos depósitos son esencialmente préstamos sin intereses que Tesla ha adquirido. Y ahí radica el genio de Musk, según Bloomberg. Su imagen y las esperanzas de un mundo mejor para todos se han fusionado con la marca, lo que le permite tomar riesgos financieros como ningún otro ejecutivo antes.