Según afirmó el también profesor de la Universidad de Virginia, es necesaria la creación de una impresora accesible de este tipo, ya que alrededor de 20 personas mueren a diario en EEUU y los países de Europa por falta de implantes “naturales”.

Vladímir Mirónov, jefe de la empresa rusa 3D Bioprinting Solutions
© SPUTNIK / SASHA SAZÁNOVA
Vladímir Mirónov, jefe de la empresa rusa 3D Bioprinting Solutions

Mirónov afirmó que 3D Bioprinting Solutions es la única empresa en Rusia que se dedica al desarrollo de esta tecnología. El científico explicó que, en su trabajo, los investigadores rusos utilizan los llamados ‘esferoides’, partículas esféricas muy fáciles de fusionar, una vez que están colocadas en el hidrogel de colágeno.

El científico afirmó que en total, 80 empresas en el mundo ya venden bioimpresoras. En cuanto a la primera impresora de órganos de fabricación nacional, se denomina FABION y es capaz de imprimir no solo esferoides, sino también el propio hidrogel.

“El funcionamiento de nuestra impresora se parece a la creación de un mosaico bizantino”, explicó.

En 2015, los investigadores rusos lograron imprimir la glándula tiroides de ratón. El órgano impreso no solo no fue rechazado por el organismo, sino que incluso produjo hormonas.

Pero los científicos de 3D Bioprinting Solutions no se detuvieron allí. Así, según reveló Vladímir Mirónov, “hace una semana logramos imprimir por primera vez un ovario”.

Mirónov explicó que este logro permite a los médicos ayudar a las mujeres enfermas de cáncer de ovarios a tener hijos.

El investigador afirmó que, junto con sus colegas de Alemania y Bélgica, los científicos rusos tienen previsto imprimir ocho órganos más, entre ellos un páncreas.

Mirónov reveló que actualmente su empresa trabaja en un proyecto de trasplante capilar. Los investigadores ya lograron implantar el cabello a un ratón de laboratorio. No obstante, el pelo trasplantado creció en diferentes direcciones. Para resolver este problema, los especialistas crearon un dispositivo biodegradable que fue ingerido en la piel del animal junto con los pelos impresos y, de este modo, controlaba la dirección de su crecimiento.

“Si ahora vamos a la peluquería para cortarnos el pelo, con el tiempo vamos a ir allí para obtenerlo”, bromeó el investigador ruso.

Mirónov informó también que en septiembre, la bioimpresora OrganAut de 3D Bioprinting Solutions viajará a la Estación Espacial Internacional (EEI).

El científico expresó su confianza en que en el futuro “se pueda imprimir cualquier órgano humano en tan solo 20 segundos”.

“Si esto es lo que hacemos ahora, entonces imaginen qué va a pasar dentro de 50 años”, se preguntó el investigador ruso.