PARÍS. Una ola de calor del desierto del Sáhara comenzó a azotar a Europa, donde los termómetros se dispararán a mediados de semana hasta rozar los 40°C en varios países del continente.
Debido al calentamiento global, causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero, estos fenómenos, que antes eran excepcionales, podrían repetirse con más frecuencia, advierten los científicos.
“Una gran cantidad de aire caliente está subiendo desde África”, explicó Sabine Krueger del Servicio Meteorológico Alemán DWD, según la cual el sur del Viejo Continente podría verse particularmente afectado por las altas temperaturas.
En España, la ola de calor llegará a mediados de semana, con temperaturas de hasta 42°C en algunos lugares del país a partir del jueves. Las autoridades llamaron a la población a tomar precauciones para enfrentar el calor, con medidas que incluyen hidratarse bien, cubrirse la cabeza y evitar hacer ejercicio bajo el sol.
Advirtieron también sobre un “riesgo extremo” de incendios en partes de Cataluña, Aragón, Navarra y Extremadura. En Francia, las temperaturas subieron ayer en el centro y este del país, con 33°C en París y 35°C en Lyon (centro-este). Más de la mitad de los departamentos franceses se encontraban en alerta canícula “naranja”, la tercera más fuerte entre cuatro.
En este país, traumatizado por la excepcional ola de calor de 2003 que causó la muerte de 15 mil personas, principalmente ancianos, el presidente Emmanuel Macron tomó la palabra par para asegurar que “todo el gobierno estaba movilizado”.
El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, decidió aplazar para la próxima semana un examen nacional para estudiantes de escuela secundaria.
En previsión del aumento de temperaturas, que a finales de semana podría superar los 40°C, muchos se agolpaban en las tiendas de electrodomésticos en búsqueda de ventiladores.
Las autoridades emitieron advertencias contra la deshidratación, en particular para niños y ancianos, y los hospitales han sido puestos en alerta máxima.
“Es un fenómeno sin precedentes porque se está produciendo a principios de junio, no lo veíamos desde 1947”, dijo Emmanuel Demael, un experto de la agencia meteorológica francesa Meteo-France.