Normalmente la posibilidad de morir crece con el incremento de la edad y con el empeoramiento de su salud. Sin embargo, hemos encontrado que esta tendencia se detiene cuando se alcanza la edad de 105 años. Anteriormente, esta idea sobre la meseta de la mortalidad humana provocaba muchas críticas, pero hemos probado que esta teoría es válida”, declaró uno de los autores de la investigación, el profesor de la Universidad de California en Berkeley, Kenneth Wachter.
La esperanza media de vida nunca fue constante. Antes de que se formaran las civilizaciones modernas, los seres humanos vivían 20 o 30 años, pero con el desarrollo de la ciencia y medicina, esa cifra aumentó. Hoy en día, en la mayoría de los países, la gente vive más de 60 años, y en Japón —y otros Estados con buena calidad de vida y medicina desarrollada—, más de 80 años.
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Por otro lado, existe la teoría de Gompertz-Makeham que mide la probabilidad de muerte a medida que envejecemos. La misma establece ciertos puntos de inflexión donde la tasa de mortalidad aumenta exponencialmente hasta llegar al límite de 100 o 115 años.
Sin embargo, recientemente científicos empezaron a dudar sobre la confiabilidad de esta ley. Wachter señaló que los autores de aquella investigación usaron datos verbales que recogieron tras encuestar a personas longevas, por lo que las estadísticas pueden estar distorsionadas.
Esta vez, los científicos usaron datos de los servicios sociales italianos de 2009-2015 sobre los ancianos y luego los verificaron con otros archivos de órganos públicos.
De esta manera, calcularon que hace tres años en Italia hubo varias decenas de miles de personas de 100 años y casi 4.000 que superaron los 105 años. La mayoría eran mujeres.
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Los científicos se sorprendieron al descubrir que a los 105 años las posibilidades de no sobrevivir hasta el próximo cumpleaños, en vez de disminuir, se mantenían constantes: alrededor del 45% o 50%.
Esto invalida la teoría de Gompertz-Makeham, según la cual, la probabilidad de morir debe ir creciendo. Con los nuevos descubrimientos, los autores del estudio deslizan que la inmortalidad se alcanzaría después de cierta edad.
No obstante, no todos los científicos están de acuerdo. Por ejemplo, Brandon Milholland —uno de los autores del concepto del límite de la vida humana— opina que aun si los datos de Wachter y de su equipo son correctos, esto no significa que la gente sea inmortal, sino que el límite de la vida es superior a los cálculos originales.