El número de fallecidos por coronavirus en España ha vuelto sufrir un repunte diario este miércoles con 757 fallecidos. Se trata de solo 14 muertes más que ayer pero esta cifra confirma por segundo día la ruptura con la tendencia al descenso de fallecidos que duró cuatro jornadas consecutivas hasta el lunes.

Con las cifras de hoy, el país ha franqueado la barrera de los 14.000 muertes por coronavirus.

También han aumentado el número de contagios con 6.180 nuevos infectados, que se suman al total de 146.690 casos registrados en España desde el comienzo del brote.

En estos nuevos datos, la cifra de pacientes recuperados concede un atisbo de esperanza, 4.813 este miércoles, más de 2.000 que el martes. Un total de 48.021 personas han sido ya dadas de alta.

La cuarta semana de confinamiento en el país empezaba con esperanza al registrarse el lunes 637 muertes. Aunque se trataba de un número importante, suponía el número más bajo de fallecidos por coronavirus desde el pasado 24 de marzo y un primer respiro para los servicios de emergencia y unidades de cuidado intensivo españolas (UCI).

La sobrecarga emocional del personal sanitario

La presión sobre las UCI de los hospitales en Italia y España puede haber disminuido en los últimos días a medida que los nuevos casos de virus disminuyen. Pero la carga emocional y psicológica que la pandemia ha cobrado a los médicos y enfermeras que trabajan allí sólo ahora está empezando a surgir.

Ya dos enfermeras en Italia se han suicidado, y los psicólogos han movilizado a terapeutas y plataformas para ofrecer consultas gratuitas al personal médico en Internet. Los hospitales individuales celebran sesiones de terapia en pequeños grupos para ayudar al personal a hacer frente al trauma de ver tantas muertes entre pacientes que están completamente solos.

Siete semanas después del brote de Italia, el más mortífero del mundo, la descarga de adrenalina que mantenía al personal médico al principio ha sido reemplazada por una aplastante fatiga y el miedo a contraer el virus, dicen los investigadores.

Dado que muchos médicos y enfermeras se han visto privados de su apoyo familiar normal porque se están aislando, la salud mental del abrumado personal médico de Italia y España es ahora el centro de atención de sus ya congestionados sistemas de atención sanitaria.

El doctor Luis Díaz Izquierdo, del servicio de urgencias del Hospital Severo Ochoa de la periferia de Madrid, dijo que la sensación de impotencia es aplastante para aquellos que ven cómo los pacientes se deterioran en cuestión de horas.

“No importa lo que hayamos hecho, se van, se mueren”, dijo a AP. “Y esa persona sabe que está muriendo, porque la respiración se hace más difícil. Y te miran a los ojos, se ponen peor, hasta que finalmente se rinden”.

Diego Alonso, enfermero del Hospital de la Princesa, también en la capital española, dijo que ha estado usando tranquilizantes para hacer frente a la situación, al igual que muchos de sus colegas. Para Alonso el miedo es especialmente agudo, ya que su mujer va a dar a luz pronto.

“El estrés psicológico de esta época va a ser difícil de olvidar. Ha sido demasiado”, dijo.