El ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo no significó el fin del trujillismo, pues sus exponentes maniobraron para sobre la base de una apertura democrática continuar dirigiendo el país.
Los eventos posteriores no dejan lugar a dudas de que hasta la fecha el trujillismo aún vive, y ejemplo de ello son las constantes evocaciones al “orden” que se vivía durante la dictadura, y más recientemente, el hecho de que uno de sus nietos aspire a la presidencia de la República, siendo registrado por las encuestas con un significativo porcentaje de aceptación, por encima de políticos y organizaciones con arraigo.
Trujillo fue ajusticiado el 30 de mayo de 1961, hace hoy 57 años, por un grupo de complotados integrado por Salvador Estrella Sadhalá, Antonio Imbert Barreras, Antonio de la Maza, Huáscar Tejeda, teniente Amado García Guerrero, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Pedro Livio Cedeño y Luis Manuel Cáceres.
En las primeras semanas de julio de ese año, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fundado en Cuba en 1939, y encabezado por el profesor Juan Bosch; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, dirigido por el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, y la Unión Cívica Nacional, integrada por la clase media y alta y presidida por el doctor Viriato A. Fiallo, iniciaron sus actividades públicas en el país.
Es así como luego de la férrea dictadura de 30 años los dominicanos comenzaron a disfrutar la libre expresión del pensamiento y del pluralismo político, y se rompía así la obligatoriedad de pertenecer a un partido único, como fue el caso del llamado Partido Dominicano, propiedad de Trujillo.
Entre junio y noviembre de 1961 el gobierno encabezado por Joaquín Balaguer con el respaldo de Ramfis Trujillo, hijo del dictador, y sus tíos Héctor Bienvenido y José Arismendy Trujillo, aplicaba una política de terror y violencia, pues en su naturaleza no estaba la práctica democrática.
Esto generó protestas por parte de la naciente oposición, que en todo el territorio nacional exigía la salida del país de los Trujillo, la renuncia de Balaguer y de los principales colaboradores del antiguo régimen.
Tras la salida de los Trujillo, se conformó un gobierno colegiado denominado Consejo de Estado, a fin de preparar la transición hacia la nueva etapa política, y que organizó las elecciones del 20 de diciembre de 1962 resultando electo presidente Juan Bosch, quien fue derrocado por personeros militares y civiles del trujillismo siete meses después, el 25 de septiembre de 1963.
Culpa a políticos de que Trujillo tenga vigencia
El hecho de que Luis José Ramfis Rafael Domínguez Trujillo, nieto de Trujillo, aspire a postularse para la Presidencia de la República a través del Partido Demócrata Institucional (PDI), y que su nombre aparezca en las encuetas, es muestra del trujillismo que subyace en la sociedad. Así lo expresó el sociólogo Cándido Ramírez, quien culpó a la clase política vigente de que hoy día se piense en Trujillo como alternativa ante el desconcierto de la población.