Los servicios de inteligencia estadounidenses tuvieron conocimiento la pasada primavera de que China estaba construyendo en secreto lo que sospechaban que era una instalación militar en un puerto de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los aliados más cercanos de EE.UU. en Oriente Medio, según revelaron este viernes a The Wall Street Journal fuentes familiarizadas con el asunto.

Según detallaron, Washington advirtió a Abu Dabi que una presencia militar del gigante asiático en el país podría amenazar los lazos entre ambas naciones. Tras una serie de reuniones y visitas de funcionarios norteamericanos, la construcción se detuvo recientemente, señalaron. “La última vez que lo comprobamos, habíamos logrado convencer a los emiratíes de que cerraran el proyecto”, dijo una fuente a la CNN. “Pero el asunto sigue estando vivo”, agregó.

De acuerdo con los medios, EE.UU. lleva al menos un año vigilando de cerca la construcción de lo que creía que era una instalación militar dentro del puerto comercial Califa, a unos 80 kilómetros de la capital emiratí, cerca de la cual Washington tiene miles de tropas en una base aérea. Aunque tanto China como EAU presentaron la operación portuaria como puramente comercial, los servicios de inteligencia estadounidenses han observado la entrada en el puerto de barcos ‘disfrazados’ de buques comerciales, reconocidos por los funcionarios como un tipo de embarcaciones utilizado por Pekín para la recogida de señales de inteligencia, apuntaron dos fuentes.

Los funcionarios siguen divididos sobre cuánto sabía EAU sobre las intenciones de China. Un portavoz de la Embajada emiratí en Washington declaró en un comunicado que su país “nunca tuvo un acuerdo, plan, conversaciones o intención de albergar una base militar china o un puesto de avanzada de cualquier tipo”.

¿Un esfuerzo de China para desarrollar un punto de apoyo para el acceso militar?

China ha tratado de desarrollar puertos comerciales en puestos de avanzada en todo el mundo –actualmente los tiene en Pakistán y Sri Lanka, así como una base militar de ultramar en Yibuti– en lo que EE.UU. ve un claro esfuerzo para desarrollar un punto de apoyo para el acceso militar. Tanto la Administración de Donald Trump como la de Biden han tratado de presionar a EAU para que ponga fin al proyecto en el puerto, que está dirigido por un conglomerado naviero chino.

Altos legisladores estadounidenses también abordaron el proyecto portuario con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed al Nahyan durante una visita a la región el pasado mes de junio. Comentando el artículo de The Wall Street Journal, el senador Jim Inhofe, del Comité de Servicios Armados del Senado, detalló en un tuit que había discutido con el jeque su “mutua preocupación por las actividades militares chinas en Oriente Medio”.

Aunque parece que la construcción de la instalación secreta en el puerto se ha detenido, funcionarios estadounidenses temen que la aumentada presencia china en EAU todavía pueda poner en peligro la venta prevista de cazas F-35, aviones no tripulados Reaper y otras municiones avanzadas, valorada en unos 23.000 millones de dólares, explicaron dos fuentes familiarizadas con el asunto.

“El F-35 es nuestra joya de la corona. Tenemos que ser capaces de proteger la tecnología y la seguridad de todos nuestros socios”, declaró a principios de esta semana a la CNN la subsecretaria de Estado, Mira Resnick. “Esas son las conversaciones que estamos manteniendo con los emiratíes sobre qué tipo de opciones pueden tomar ahora para asegurarse de que pueden formar parte del programa F-35”, añadió.

La alta funcionaria aseguró este martes que EE.UU. sigue siendo el “socio preferido” de todos los aliados en la región. “Ninguno de los competidores estratégicos es capaz, no es capaz ni está dispuesto a ofrecer lo que ofrece EE.UU. Así que nuestros socios y aliados son muy conscientes de ello, y por eso eligen sistemáticamente a EE.UU.”, subrayó.