A medida que los padres de Estados Unidos se familiarizan con el aprendizaje a distancia por la pandemia, muchos de los que pueden pagarlo han optado por las llamadas “cápsulas de aprendizaje” para ayudar tanto a sus hijos como a sí mismos a transitar un nuevo año escolar.

Esta modalidad, también conocida como “grupos pandémicos”, está surgiendo en todo el país con pequeños conjuntos de niños del mismo vecindario que se reúnen en las casas de otros para aprender, guiados por algún tutor o maestro.

Para algunos estudiantes, estos grupos, que se desarrollan preferiblemente al aire libre o en el garaje de una casa, son de tiempo completo, siguiendo el plan de estudios de la escuela.

Para otros, complementan el aprendizaje virtual adoptado por muchos distritos escolares en estados donde la tasa de infecciones sigue siendo alta.

“Estas cápsulas de aprendizaje surgen porque muchos padres se dan cuenta de que a sus hijos no les va bien con el aprendizaje en línea”, dijo Pedro Noguera, decano de la Escuela de Educación de la Universidad del Sur de California.

Noguera, cuya hija de ocho años está en un módulo de aprendizaje a tiempo completo en lugar de un modelo totalmente virtual, dijo que aunque esta forma de instrucción no es de ninguna manera ideal, y puede ser bastante costosa, es una solución útil para padres que hacen malabares entre el cuidado de los niños y su trabajo.

Para los estudiantes, especialmente los más jóvenes que no siempre pueden participar en el aprendizaje en línea, los módulos también brindan una socialización muy necesaria y una forma de atenuar el estrés y la incertidumbre vinculados a la pandemia.

SENSACIÓN DE NORMALIDAD

“Esto tendrá un doble propósito para nosotros”, dijo Nicole Friedlander, abogada laboral en el área de Los Ángeles, cuyos dos niños de siete y 12 años están en grupos que complementarán su aprendizaje virtual.

“Una es ayudar a los niños con cualquier apoyo académico adicional que puedan necesitar, y luego tiene un aspecto social de reunirse con otros niños… y darles un poco de sensación de normalidad con un poco de interacción en persona”.

AFP

Naomi Leight-Giveon, fundadora de PodSkool, una empresa de Los Ángeles que ayuda a los padres que buscan formar cápsulas, dijo que la reacción al concepto ha sido abrumadora.

“Hasta ahora, más de 400 familias se han acercado a nosotros y no hemos he cho marketing, y tenemos cientos de maestros que hemos estado examinando durante el último mes para ponerlos en contacto con las familias”.

Pero aunque los expertos coinciden en que las cápsulas pueden ser beneficiosas tanto para padres como para niños, también reconocen que son principalmente accesibles para familias con recursos.

“Lo que estamos viendo es que aquellos con altos ingresos pueden invertir y pagar a los maestros por su cuenta, a buenos precios, incluso más altos de lo que los maestros podrían obtener trabajando en escuelas”, dijo Noguera, quien está pagando 10 mil dólares este semestre por la participación de su hija.

Mira Rocca, que tiene tres hijos en grupos separados destinados a complementar su educación en línea, dijo que las clases le cuestan alrededor de mil 300 dólares al mes. “Es mi semestre de escuela más caro hasta ahora”.

DESIGUALDAD EXACERBADA

Con todo, Rocca cree que los beneficios de una experiencia de enseñanza en persona para los niños superan el costo. “Mi hijo de jardín de infantes tuvo su primera clase hoy en el garaje de un amigo… y dijo que era el mejor día de su vida”, contó.

“Creo que tener interacciones sociales con otros niños de su edad es mucho más impactante que lo que en este punto están aprendiendo académicamente”.

Los expertos coinciden en que las cápsulas ayudarán a muchos niños con depresión, incremento de ansiedad y estrés como resultado del aislamiento.

Pero también advierten que es probable que los grupos aumenten aún más las desigualdades y dejen a muchos niños rezagados. “A primera vista, las cápsulas de aprendizaje parecen una solución necesaria a la crisis actual”, escribió Clara Totenberg Green, especialista en aprendizaje de las Escuelas Públicas de Atlanta, en un reciente artículo de opinión en The New York Times. “Pero en la práctica, exacerbarán las desigualdades”, agregó.