El periódico TAZ, de Berlín, dedica un amplio artículo a los procesos en Cuba por las protestas contra el régimen, titulado “30 años por manifestarse”:
“El delito del que trata el proceso en la ciudad de Holguín, en el este de Cuba, es sedición. La fiscalía ha pedido 30 años de cárcel para al menos cuatro acusados adultos que, como miles de otras personas, salió el pasado 11 de julio a las calles en Cuba a gritar consignas. Ese día pasó a la historia como el de la primera protesta a nivel nacional contra la miserable situación económica, pero también contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel. (…) Una ola de cuatro procesos colectivos se puso en marcha la semana pasada. Uno tiene lugar en Holguín, otro en Santa Clara, otro en La Habana y otro en el distrito vecino de Mayabeque. (…)
‘La situación es precaria, el que puede emigra y los procesos dan otra vuelta a la tuerca’, opina una mujer. Para ella, esta primera ola de procesos que sigue a unos pocos juicios sumarios tras las protestas del 11 de julio es un nuevo rechazo al diálogo. Precisamente por eso, las penas de cárcel solicitadas por la fiscalía tienen un carácter simbólico, critica el grupo de Facebook Justicia 11J. Este trabaja en la isla, asesora y asiste a familiares de manifestantes detenidos y colabora desde hace meses estrechamente con CubaLex, una organización de asesoría jurídica del exilio cubano en Estados Unidos. CubaLex y Justicia 11J han esclarecido el paradero de cientos de los 1.339 detenidos. 710 siguen esperando si juicio, entre ellos 14 menores de edad”.
Las vacunas cubanas
El diario Süddeutsche Zeitung, de Múnich, publica un artículo sobre la importancia de las vacunas anticovid para algunos regímenes autocráticos como el de Cuba:
“A mediados de 2021 llegó la noticia: las vacunas Abdala y Soberana 2 eran eficaces y recibieron la aprobación de emergencia de las autoridades cubanas. Cuba solo pudo lograrlo gracias a que había desarrollado desde la década de los 80 un sector de biotecnología con acento en la producción de vacunas. Actualmente, más del 90 por ciento de la población ha sido vacunada al menos con una dosis. Se dice que los estudios les asignan una alta eficacia y la tasa de infecciones ha retrocedido mucho en el país. Sin embargo, aún falta una comprobación por parte de investigadores independientes, al igual que la autorización de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para los gobernantes de Cuba, Abdala y Soberana-2 llegaron justo a tiempo. También ahí el gobierno ha perdido mucho respaldo. Miles de cubanos protestaron el pasado verano en las calles contra la opresión política, la escasez de alimentos y el manejo de la pandemia. Ahora, los investigadores trabajan en adaptar las vacunas a las nuevas variantes, como ómicron. Cuba se propone vender en el futuro sus vacunas al exterior y varios países ya han mostrado interés, entre ellos Venezuela, Vietnam, Irán y México. También otros países latinoamericanos ven oportunidades en la producción de vacunas. En Argentina, investigadores trabajan en cerca de una docena de vacunas nacionales, y una podría salir al mercado aún este año. Igualmente en Brasil, los productores esperan poder presentar este año una vacuna desarrollada en el país. Y eso no sorprende, porque ambos países tienen renombrados centros de investigación científica y en ambos se producen ya inmunizantes contra el COVID de otras firmas. Pero también hay problemas. El instituto Butantan de Sao Paulo apenas encuentra voluntarios para probar su sustancia Butanvac. Demasiado alta es ya la tasa de vacunación en Brasil y hay demasiadas vacunas de otras empresas”.
El M-19 se propone volver al Congreso
El diario Neues Deutschland ofrece una entrevista con el exguerrillero colombiano Néstor Garcia, quien explica las intenciones del M-19, que ya se había transformado en partido político antaño, de volver a obtener personería jurídica. Para eso debería participar en las elecciones parlamentarias, lo cual aún no es seguro que pueda hacer:
“Existimos, estamos ahí, nos reunimos y discutimos, pero nos falta el estatus formal para poder estar representados en los consejos vecinales, las asambleas, las alcaldías, las gobernaciones y el Congreso, y por qué no, en la Presidencia de la República”, dice García.
Afirma que su grupo apoya la candidatura de Gustavo Petro y explica que no ha podido integrarse a la alianza izquierdista “Pacto Histórico” por razones formales. Pero confía en que podrán postularse al Congreso: “Queremos ser la organización que luche por la democracia y la justicia social. Tenemos una agenda legislativa. Si llegamos al Congreso, profundizaremos primero la paz en Colombia, esa paz que hoy está tan en peligro. Nuestras propuestas legislativas tienen también mucho que ver con la seguridad y soberanía alimentarias. Para eso, tenemos que resolver el problema colombiano de las tierras y llevar a cabo una reforma agraria”. García destaca también, al final de la entrevista, que “el Movimiento M-19 es bolivariano, y esa es nuestra patria. La integración latinoamericana es un mandato de la Constitución de Colombia… Y enterraremos la Doctrina Monroe, que el año entrante cumplirá 200 años. El Movimiento M-19 quiere ser protagonista y ser visible. Por ese motivo, volveremos al Congreso. Esa es nuestra tarea, nuestra misión”.