En la Puna de Atacama, a 4.000 metros sobre el nivel del mar, la falta de oxígeno marea y la radiación daña los ojos. En medio de esa tierra seca, destella el agua profundamente turquesa de los piletones [depósitos] de la empresa Sales de Jujuy. Un año de sol duro evaporará la salmuera y la minera habrá extraído de ella 12.600 toneladas de carbonato de litio, el componente básico de las baterías que hoy consume con voracidad la industria del automóvil eléctrico. Jujuy, una de las provincias más pobres de Argentina, ha encontrado en el “oro blanco” una alternativa a décadas de estancamiento.
Las expectativas alrededor del litio son enormes. Entre 2010 y 2018, el estallido de la demanda en Asia, Europa y Estados Unido duplicó los precios, hasta los 12.000 dólares la tonelada. Argentina, un país necesitado de inversiones, vio enseguida el filón de un gran negocio. Su naturaleza produce “oro blanco” en abundancia y la extracción a cielo abierto es barata. Pero una cosa es tener reservas y otra, carbonato de litio exportable. “Cuando competís con el mundo te das cuenta de que no estás sentado arriba de la gallina de los huevos de oro”, advierte el secretario de Minería de Jujuy, Miguel Soler. El gran desafío argentino es conseguir inversiones para la exploración y extracción en un contexto interno de crisis recurrentes.
Camino a Sales de Jujuy, el paisaje es de postal de agencia de viajes. La quebrada [valle angosto] de Humahuaca es uno de los principales atractivos de Argentina. Los visitantes encuentran en Jujuy paisajes y retazos de una cultura indígena que ha sobrevivido a la uniformidad del turismo de masas. La carretera atraviesa Salinas Grandes, donde las empresas que exploran la viabilidad de la extracción de litio han chocado con la resistencia de las comunidades locales. En el salar de Olaroz, dos horas en automóvil más adelante, viven una docena de comunidades que finalmente aceptaron en 2008 la instalación de Sales de Jujuy, pese a los temores por el uso de millones de litros de agua en medio del desierto, un asunto crítico en este tipo de explotaciones por evaporación. De los 500 trabajadores de la minera, el 42% pertenece a los pequeños poblados aledaños.